Si a nivel nacional, Raúl Alfonsín es considerado "el padre de la democracia", en nuestra ciudad el hijo dilecto de ella es el doctor Carlos Francisco Dellepiane, quien fuera electo intendente municipal de Chivilcoy el 30 de octubre de 1983, al mismo tiempo que el ex Presidente era consagrado para ejercer la más alta magistratura en el país.
Acaban de cumplirse 35 años de aquel acontecimiento.
En diferentes lugares se tributaron homenajes a Raúl Alfonsín.
En Chivilcoy nadie se acordó de Carlos Francisco Dellepiane.
No he visto homenaje público alguno al hombre que, en aquel momento, volvió a abrir las puertas del Palacio Municipal para que el lugar se impregne de nuevos aires, dándole oxígeno limpio y puro a la única, auténtica y legítima Casa de la Democracia en Chivilcoy, la Casa de Todos.
¿Se olvidaron del aniversario?
¿Ya nadie se acuerda del primer intendente que tuvo el retorno de la democracia a Chivilcoy?
Mas allá de que Dellepiane haya pertenecido -o pertenezca- al Peronismo, ha sido el intendente de todos.
La comunidad toda, le debe reconocimiento.
Carlos Francisco Dellepiane ocupa un espacio ancho en la historia política de Chivilcoy, de la provincia (fue ministro) y de la Nación (fue diputado), entre otros tantísimos cargos.
Merece estar en el bronce. Se ha ganado ese lugar. Es un tipo íntegro.
Dellepiane le devolvió la vida institucional a la Municipalidad.
Pasarán muchos años para que una calle de la ciudad tenga impuesto su nombre, pero no debe pasar más tiempo para que la comunidad, en su conjunto, reconozca en Carlos Francisco Dellepiane, al hijo dilecto de nuestra propia democracia chivilcoyana.
Mientras tanto, sirva este reconocimiento como humilde homenaje al hombre, al político, al dirigente, al ciudadano, al apellido que mejor conjuga con democracia en nuestra ciudad.
(La foto que ilustra esta nota muestra al ex intendente Dellepiane, acompañado por los jóvenes Florencio Randazzo y Jorge Juancorena)
