Por Camilo Diez.

Los evangélicos de Chivilcoy se están preparando para incursionar en la política de nuestra ciudad.

La idea es hacerlo a través de los partidos políticos tradicionales, ya posicionados en el ámbito local.

Buscar una banca en el Concejo Deliberante sería el primer paso.

Relativamente cerca de Chivilcoy, en la ciudad de Junín, ya tenemos un antecedente.

El intendente de Cambiemos, Pablo Petracca, pertenece a una familia de fe evangélica.

"Algunos lo plantean como si fuera atropello de gente que no tiene derecho. Es al revés. Hemos demostrado a través de décadas nuestro compromiso con la gente humilde y en situación de vulnerabilidad. Pero no sólo podemos hacerlo desde las iglesias. Otra forma es participar en lo público", opina un representante de los evangélicos, muy entusiasmado con las próximas elecciones.

Chivilcoy no es la excepción para la participación de los evangelistas en política y el movimiento interno que se está dando en nuestra comunidad es muy fuerte y sólido.

Lo mismo está pasando en otros lugares del país. Es el reflejo de lo que ocurrió en Brasil con Jair Mesías Bolsonaro y su esposa evangélica Michelle.

En los últimos días ha circulado entre los pastores evangélicos de Chivilcoy un claro mensaje que apunta, precisamente, a la incursión en política y con el cual muchos se sienten identificados y estimulados para enfrentar el desafío de participación.

El documento lleva la firma de Marcelo Díaz, un referente del culto que, entre otras cosas, expresa:

"Creo que no existe duda alguna de la importancia de involucrarnos en la política partidaria. Sal y luz en medio de una clase dirigente que nos viene robando como ciudadanos desde hace varias décadas las posibilidades de progreso y desarrollo en un país que ha sido bendecido por Dios en forma abundante. Estamos hastiados de que nos mientan en la cara, que nos soben el lomo en la plataforma del evento con cara de que les importa lo que estamos haciendo, mientras miran con envidia evidente los millones que sólo los evangélicos podemos sacar a la calle.
Nuestro conflicto es el "dónde" participar. Y, en mi humilde opinión, debemos aprender a aceptar que el cristiano maduro, preparado y comprometido con el Reino puede participar en casi todas las opciones ideológicas que existen. ¿Por qué? Porque el valor y la trascendencia del Reino que representa es infinitamente superior a cualquier otra. Soy de los que pienso que no existe un partido que exprese integralmente al Reino y sus valores. Todos son factibles de error, de limitaciones, administrados por humanos pecadores. Así que un cristiano con las cualidades antes mencionadas, puede ser de profunda influencia en el lugar que Dios le ordene ministrar, o sea, servir".

Agrega más adelante: "En pocas palabras, por primera vez, y es el resultado de la profunda decepción que siento de los partidos políticos tradicionales. Los peronistas, los k, los radicales, el PRO, el massismo, y todos los demás, nos han mentido descaradamente. Nos han usado por años. Quieren nuestras multitudes, pero no nuestros valores y convicciones. Por eso, me parece que es la hora de que evangélico vote a evangélico. Nos aseguramos de meter nuestra mejor gente en la mayor cantidad de lugares posibles. Y desde allí, pagar el precio de hacer la diferencia".

En Chivilcoy, los evangelistas congregan a un significativo número de vecinos.

Dentro de ese culto hay personas sumamente reconocidas de nuestra comunidad, muchos de ellos serios y respetados profesionales, honestos, bien intencionados.

El salto de la iglesia a la política por parte de los evangélicos, para algunos, puede ser una sorpresa; para otros, tal vez, resulte una gran incertidumbre.

Lo real, lo concreto, es que esa participación sea bienvenida, porque nuestra política doméstica, nuestras instituciones democráticas y nuestra propia ciudad, reclaman a gritos el oxígeno de sangre nueva. En los evangélicos, tal vez, tan vital elemento se encuentre puro e intacto para servir mejor a la comunidad que tanto lo requiere.