El 23 de enero estuvo a 40 minutos de distancia, en Suipacha.
Hace un par de días, se acercó a poco más de una hora de viaje, a Saladillo.
El presidente Macri anda rondando a Chivilcoy, pero no llega.
¿Por qué no viene?
¿Cuáles son los motivos?
Es muy probable que Macri ni siquiera se acuerde de nuestra ciudad, o que no le interese venir o, tal vez, quiera hacerlo, pero algo se lo impide.
Aquí tiene gente conocida y muy allegada. No pueden faltarle invitaciones.
Su estrechísimo colaborador y secretario del Interior, Sebastián García De Luca (juntos en la foto), es nacido en estas tierras del lejano oeste.
Sería imposible -e insólito- pensar que García De Luca nunca le haya propuesto visitar la ciudad en la que vivió Julio Cortázar y en la que reside el ex campeón de Turismo de Carretera y maestro de la humildad, Emilio Satriano, solo por citar dos ejemplos que nos enorgullecen.
Son cosas extrañas de la realidad política actual. Tan raro como la ausencia del propio secretario de Interior, ya que a De Luca tampoco se lo ve por aquí, como esperan y desean muchos vecinos, a los que les gustaría ver al funcionario nacional "arremangándose" por Chivilcoy.
Sabemos que De Luca tiene cortocicuitos con el gobierno municipal, pero nada ni nadie le impide aportar desde su función para el crecimiento de nuestra comunidad. Si lo hace, no trasciende; no se sabe y en política hay que mostrar; de lo contrario, no sirve, porque la gente debe palparlo.
Tal vez, a De Luca ya no le interese demasiado "su" Chivilcoy.
Los hechos están a la vista.
Pero, volvamos a Macri.
¿Por qué fue a Suipacha, a Saladillo y no viene a Chivilcoy?
Porque Chivilcoy "no es del palo" y los otros si lo son.
Esa es la respuesta, sin vueltas.
El Presidente no viene a nuestra ciudad porque ignora a la administración municipal, algo que podría ser entendible, pero jamás justificable.
Venir a "territorio ajeno" es una muestra de respeto y de fortalecimiento de la esencia democrática.
Con su actitud de ausencia, de desaire, Mauricio Macri subestima -en su conjunto- al pueblo de Chivilcoy y eso no es tolerable; es reprochable.
Chivilcoy forma parte del enorme espacio territorial argentino. Merece ser visitado por el Presidente de la Nación. Sobran razones: por nuestra historia; nuestro potencial como ciudad; nuestras riquezas humanas; nuestra proyección como polo de desarrollo en el oeste bonaerense; por nuestra gente.
Tal vez, Chivilcoy no merezca la visita de Mauricio Macri como persona fuera de su investidura; allá el con su triste arrogancia.
Pero la ciudad es digna y merecedora de tener la presencia de la figura institucional del Presidente de la Nación Argentina.
Los ciudadanos de Chivilcoy hemos elegido libre y democráticamente a las autoridades que nos representan.
Gobernantes y gobernados merecemos la consideración que corresponde, para afianzar el básico atributo de la República.
Aquí, Señor Presidente, lo estamos esperando porque de la sana convivencia solo se fortalece la auténtica Democracia.