
EVITA TENÍA SANGRE CHIVILCOYANA
Por Valentín Bardi.
Eva Duarte ,"Evita", tenía sangre chivilcoyana, razón por la cual estará siempre estrechamente ligada a nuestra ciudad.
Su padre, Juan Duarte, "El Vasco" (foto), vivía en Chivilcoy.
Sus restos descansan en el Cementerio de nuestra ciudad, en una bóveda familiar, que nadie visita desde hace mucho tiempo.
Ni siquiera aquellos militantes locales, que se dicen seguidores de esa mujer inolvidable, que luchó en contra de la pobreza, la marginación y a favor del voto femenino, depositan una flor en la tumba del hombre que le dio la vida.
Un absurdo incomprensible de nuestra lastimosa historia local, cargada de fingidores de sentimientos, amnésicos, o, simplemente, ignorantes de nuestro pasado.
Juan Duarte, el padre de Evita, había nacido el lunes 1 de noviembre de 1858.
Forjó una gran personalidad, que lo transformó en un hombre importante para la historia argentina.
Logró transformarse en un influyente caudillo del partido conservador.
En 1907 arrendó la Estancia "Unión", en Los Toldos, General Viamonte. También, administraba la estancia "La Porteña", otro establecimiento agrícola de la zona.
El "Vasco" se mudó a Los Toldos, dejando a su esposa y sus hijos en Chivilcoy.
En Los Toldos, conoció a Juana Ibarguren, una jovencita que trabajaba en la estancia que arrendaba.
El vasco Juan se relacionó afectivamente con la bella Juana, con la que tuvo cinco hijos.
La menor fue Eva María Duarte,"Evita".
Nació en la estancia "La Unión", a veinte kilómetros de Los Toldos, el día miércoles 7 de mayo de 1919. Fue bautizada en la Vicaría de Nuestra Señora del Pilar de General Viamonte, el viernes 21 de noviembre de 1919.
La esposa legítima de Duarte, Adela Uhart Hiriborronde, había fallecido el 19 de septiembre de 1919, o sea, dos meses antes del bautizo de "Evita".
Mientras vivió Juan Duarte, a Juana y a sus cinco hijos -Evita incluida- nunca les faltó nada.
El 6 de enero de 1926, cuando regresaba del campo hacia Chivilcoy, para recoger unos regalos que tenía pensado llevar a sus cinco hijos en Los Toldos, por el día de Reyes, Juan Duarte tuvo un accidente con su automóvil. Murió dos días después.
El cuerpo de Juan Duarte fue velado en Chivilcoy, en la casa de su hija Adelia Duarte de Grisolía, ubicada en la Avenida Villarino 264, frente a la ex Clínica del Carmen.
El velatorio fue el evento social más importante de ese tiempo, al que acudieron el intendente municipal, autoridades de la comuna, jueces, familiares, amigos y tantas otras personas de la política y de la sociedad chivilcoyana.
Sus restos están olvidados en Chivilcoy, en una de las bóvedas que fueran más importantes en el cementerio de esta ciudad. La misma está ubicada a escasos metros del acceso principal de la necrópolis local.
Juan Duarte siempre fue un padre presente, querido y admirado por Evita; hay pruebas más que suficientes en la historia que así lo demuestran. Solo hay que indagar, ocuparse e informarse.
La negación de la existencia que hace buena parte la comunidad chivilcoyana -incluidos sus dirigentes políticos- del hombre que engendró a una de las más grandes mujeres de nuestra historia es, por lo menos, condenable.
Eva Duarte, "Evita", es una parte grande de Chivilcoy; por su padre, que es su historia.

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