Por Valentín Bardi.

Esta foto fue tomada el pasado 9 de julio, en el Paseo Aurora Santilli.

Fue el último abrazo entre el intendente municipal, Guillermo Britos, y el profesor Julio Andrés Frascini.

En las últimas horas, Frascini falleció y esa imagen se convirtió en el saludo de la despedida final.

Ese día, en ese lugar, el querido profesor fue homenajeado con motivo de haberse cumplido 50 años de la fundación del Club Leo Chivilcoy.

Él, fue su creador; el hombre que le dio vida; que impulsó el nacimiento de la institución en nuestra ciudad.

En reconocimiento a su labor, en esa oportunidad, se inauguró una obra escultórica en el referido paseo, que merecidamente lo recuerda.

La desaparición de Frascini conmueve y enluta a la comunidad local, por la pérdida de un vecino impregnado de un sinnúmero de cualidades, profundos valores, destacables características personales y una enorme riqueza humana.

Siempre fue un hombre de bajo perfil, de actuar silencioso; amigo del respeto y la moderación; profundamente comprometido y solidario colaborador de instituciones locales.

Dejó huellas imborrables por donde anduvo.

Vale citar, a manera de ejemplo -más allá de su actividad en el Club de Leones– la participación siempre activa que desarrolló en la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Chivilcoy, una entidad a la que amaba profundamente y a la que solía referirse con genuino orgullo y cariño desmedido.

En las aulas de la Escuela Técnica "Mariano Moreno", aún perdura, a través de los años, su pausada voz y su cuidada manera de enseñar.

Frascini era ingeniero agrónomo, egresado de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata.

Había cumplido recientemente 90 años de edad.

Fue una vida al servicio del bien común, donde solidaridad y colaboración fueron pilares y sustento de principios.

Frascini tuvo en vida el reconocimiento que merecía y lo pudo disfrutar.

En el recuerdo de quienes lo conocimos y tratamos, queda el homenaje eterno que se renueva y agiganta con solo traerlo a la memoria.