LA REAPARICIÓN DE BARDENGO Y LA DEFINICIÓN DE SU VOTO

LA REAPARICIÓN DE BARDENGO Y LA DEFINICIÓN DE SU VOTO

Por Santiago Zunino.
Fue intendente municipal de Chivilcoy, desde 1995 a 1999. Pasó casi al ostracismo voluntario, durante los últimos años, en los que nada se supo de el, en cuanto a actividad política se refiere.
Reapareció este martes 22 de octubre, una fecha especial para nuestra comunidad: el día del 165 aniversario de la Fundación de Chivilcoy.
Temporalmente, volvió al que fuera su lugar de trabajo durante cuatro años: el Despacho Oficial de la Municipalidad.
No fue una visita más, ni fue de paseo. Fue mucho mas que eso. Le llevó su apoyo explícito al intendente municipal, Guillermo Britos, quien en las elecciones de este domingo 27 de octubre, buscará renovar su mandato al frente del Ejecutivo local, por otros cuatro años.
Verborrágico, como siempre; profundo en sus conceptos; pausado en cada expresión; usando un lenguaje simple y sencillo, Rodolfo Bardengo habló de política en general -esa adicción incontrolable que lleva en la sangre- y se detuvo, particularmente, en referencias a Chivilcoy y a su gobierno municipal.
Con la experiencia de haberlo precedido en el cargo, Bardengo profundizó en la gestión que lleva adelante Guillermo Britos y destacó cualidades personales que lo identifican: "Mostró una decencia superadora de si mismo. El caso del intendente (Britos) es un ejemplo a seguir", manifestó Bardengo.
Dijo, entre otras cosas: "Los servicios se prestan; las obras se realizan. Es muy valioso contar con gobernantes que tengan valores; que apoyen a la familia, porque la sociedad es una gran familia".
Fue categórico al momento de definir su voto el próximo 27 de octubre: "En esta decisión de hierro, que tenemos los chivilcoyanos, de votar a uno u otro candidato, me inclino por el intendente", afirmó sin cortapisa.
Bardengo fue un intendente activo, dinámico y honesto, que debió lidiar con no pocos frentes de tormentas, para llevar adelante su tarea en la Municipalidad de Chivilcoy.
Sabe de que habla; razona y medita cada palabra que expresa. Escucharlo otorga la gratificante sensación de oír a un estadista. Posee conocimiento y experiencia. Conoce a fondo la verdad de la sociedad en la que vivimos. No cree en promesas vanas, ni ilusiones.
Rodolfo "Peta" Bardengo no es un lenguaraz de ocasión.
Lejos está de algunos personajes locales que, en los últimos meses, han reaparecido entre bambalinas de la politiquería chivilcoyana, buscando un nuevo y miserable conchabo, arrastrando los harapos de una reprochable trayectoria, manchada por la ineficiencia y algunos negocios turbios, hechos descaradamente al amparo de la función pública municipal, para convertirse en los nuevos ricos de Chivilcoy.
La reaparición de Rodolfo Bardengo trae un aire renovado al escenario político local. Marca la diferencia. Pone distancia entre la buena política y los cachivaches oportunistas.
Era necesaria -y hasta imprescindible- su presencia en los primeros planos.
Que hombres dignos como Bardengo, vuelvan a la palestra, consolida y estimula a nuestra cotidiana democracia municipal.