Juan Maquieira, el veterano dirigente peronista de Chivilcoy, fallecido este domingo 21 de junio, se mostró fiel a su instinto político hasta los minutos finales de su vida.

Antes de su fallecimiento -consecuencia de un paro cardíaco- mantuvo su última comunicación telefónica con su gran amigo: el ex ministro del Interior Florencio Randazzo.

La charla entre ambos -una más de las que mantenían habitualmente- fue distendida.

Como siempre, la política, fue el centro de la conversación.

Durante el diálogo, Maquieira no evidenció signos de un inminente desenlace fatal, a pesar que la noche anterior la había transcurrido con algunas molestias, a las que no dio mayor importancia.

Maquieira y Randazzo hablaban muy seguido.

Mas allá de la amistad y los mismos sentimientos partidarios, había entre ambos afecto personal.

El histórico dirigente era uno de los pocos chivilcoyanos que subía al helicóptero del Ministerio del Interior, cuando Florencio Randazzo -siendo funcionario nacional- llegaba de visita a Chivilcoy a bordo de la nave.

El aprecio era mutuo.

El destino parece haber querido una despedida entre ambos amigos.

Media hora después de hablar con Randazzo, Maquieira murió.