¿Alguien podría imaginarse a un bombero de Chivilcoy negarse a apagar un incendio por miedo a quemarse?

¿Qué pensaríamos si un Policía de los nuestros se resiste a detener a un delincuente por temor a salir lastimado?

La crítica y la desaprobación enérgica resultaría unánime.

¿Cuál sería nuestra reacción si sabemos que, tal vez, por  temor a contagiarse COVID, médicos de nuestra ciudad no aportan sus conocimientos, negando ayuda a sus semejantes cuando estos más lo necesitan?

Decepción, tristeza, desengaño, contrariedad serían -seguramente- nuestras respuestas.

En las últimas horas, la directora asociada del Hospital de Chivilcoy, doctora Marcela Conde, se refirió al drama que se vive en ese establecimiento asistencial, a raíz de la falta de médicos para enfrentar la pandemia de Coronavirus en nuestra ciudad y citó algunos motivos.

"No sobran los médicos; somos muy pocos los que estamos trabajando y cuando se da la baja de alguien, que puede adquirir COVID, los otros tienen que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder seguir atendiendo a los pacientes", expresó la funcionaria médica.

Explicó que en Chivilcoy hay muy pocos médicos que quieren hacer guardia o que quieren ir a trabajar al Hospital.

"Se los ha convocado para que nos den una mano y, en realidad, son muy pocos los que, desinteresadamente, nos ayudan en esta pandemia", añadió la doctora Conde, reconociendo la falta de colaboración de los profesionales de Chivilcoy hacia la institución madre de la medicina local.

"El que trabaja en privado es muy difícil que quiera ir a trabajar al (sistema) público, porque piensa que es el único que tiene COVID", deslizó Conde abriendo la puerta a la suposición de que algunos profesionales tendrían temor a contagiarse.

"Ser médico no es ni público ni privado; somos médicos por vocación, porque queremos y estamos obligados a cubrir a la comunidad", reafirmó la directora asociada de nuestro Hospital Municipal.

Más allá de las palabras de la doctora Conde, sabemos que en Chivilcoy no faltan médicos. Los hay en todas las especialidades y muy buenos, excelentes.

Lo que hay es carencia de compromiso; ausencia de amor propio; negación de entrega.

Pasaron más de 2500 años desde que Hipócrates, que vivió en el siglo V antes de Cristo, escribió cuáles debían ser las obligaciones de los que ejercen la medicina.

Reza una de esas máximas: "Hacer de la salud y de la vida de vuestros enfermos la primera de vuestras preocupaciones".

¿Habrán olvidado el Juramento Hipocrático nuestros queridos médicos chivilcoyanos?

La respuesta está en el mismo compromiso: "Si lo quebrantáis, que vuestra conciencia y el honor de la profesión médica en la que acabáis de ingresar os lo demanden".