Imparable. Esta única palabra parece definir la situación epidemiológica actual en Chivilcoy.

Cada día, hay más casos positivos de COVID.

Este miércoles, se confirmaron 20 nuevos contagios.

La cantidad se duplicó en 72 horas.

Los afectados son vecinos de todas las edades: niños, jóvenes, adultos.

El personal de salud ya no resiste el embate.

Muchos muestran un evidente -y asumido- abatimiento físico y mental, consecuencia del intenso trabajo que vienen realizando desde hace nueve meses.

Las autoridades sanitarias reconocen la desbordante situación.

No esperaban un brote semejante para estos meses.

Sienten que buena parte de la comunidad de Chivilcoy, por la que trabajan y se esfuerzan sin descanso, no colabora para superar la situación y detener el avance de los contagios.

Al contrario. Se sienten omnipotentes; no respetan las medidas de prevención: no usan barbijo; no respetan el distanciamiento; se reúnen en grupos numerosos.

En otras palabras: hay muchos vecinos que hacen lo que se les da la gana, actúan como si la pandemia hubiese pasado.

Las consecuencias de ese proceder -inadmisible- las pagaremos todos. Y será muy pronto.

Las pseudos alegrías de festejar -inauditamente- el final de un año plagado de enfermos y muertos, se convertirán en lágrimas de despedidas en los meses por venir.