En medio de la tragedia provocada por uno de los mayores incendios forestales de nuestro país, las muestras de solidaridad y convivencia, se repiten una y otra vez.
En Corrientes, donde hay infinidad de voluntarios combatiendo el fuego, entre los que se cuentan a bomberos deChivilcoy, la relación amistosa y cordial, propia de buenos camaradas, es una muestra sólida de genuino compañerismo.
Son hechos cotidianos.
Uno de ellos quedó plasmado en las últimas horas, tal cual lo evidencia la foto que publicamos.
Al concluir otra ardua jornada de lucha contra las indomables llamas, bomberos de Chivilcoy, Moquehuá, Bragado y Escobar, compartieron la cena con soldados del Ejército, en una de sus cocinas de campaña.
En medio del dramatismo y dolor, ellos dan un ejemplo de coexistencia armoniosa, unidos para enfrentar a un enemigo que no da tregua en la pelea.
Se apoyan incondicionalmente en una situación comprometida y difícil.
Es verdadera solidaridad, aquella que se mueve sólo por la convicción de justicia e igualdad.
El hecho de compartir la mesa es trascendente en si mismo; la comida satisface un instinto de supervivencia básico.
El comer juntos indica la pertenencia a un grupo.
Aquellos que comen juntos son los que por alguna razón son similares; se tienen mutua confianza.
Compartir el alimento es un acto de participación recíproca.
Lleva implícito el valor de dar, de la generosidad.
La misma que ofrecen en cada pelea contra el fuego; la que ahora están luchando.