Personal de la Policía Comunal de Chivilcoy clausuró este viernes a la noche, en La Rica, un pequeño emprendimiento familiar dedicado a la venta de pan, minutas y bebidas -inaugurado hace escasas semanas- bajo el argumento de que el comercio no contaba con la Licencia Provincial para la comercialización de Bebidas Alcohólicas.

Coincidente y llamativamente al momento de efectuarse el operativo, el único parroquiano que se encontraba en el lugar consumiendo una cerveza es un conocido comisario retirado de la Policía de la provincia, hecho que despertó natural suspicacia al momento de la llegada de los móviles.

La brigada, integrada por cuatro efectivos, arribó al lugar con apoyo de personal del Destacamento Policial de la localidad, aduciendo que "andaban de recorrida", cuando vieron a una persona (el comisario) consumiendo.

Entonces decidieron actuar y -sin contemplación alguna- procedieron a cerrar las instalaciones, haciendo caso omiso a las explicaciones del propietario del lugar quien, casi implorando, pidió clemencia y trató de hacerles entender a los policías que la habilitación se encuentra en trámite y necesitaba unos pocos días para acceder a ella.

Solo estaba vendiendo una cerveza.

No se justificaba una decisión tan drástica y menos, aún, en una comunidad de 150 habitantes que trata de renacer cada día.

Frente a esta situación, y en el contexto en que se dio, debió prevalecer el sentido común y haberse otorgado al comerciante en cuestión un perentorio plazo para regularizar su situación.

Desbordado por la desesperación, éste pidió tolerancia y comprensión una y otra vez.

Cerrar el negocio -entre otras cosas- implica dejar sin pan a la localidad.

La Rica no tuvo producción propia de este alimento durante casi medio siglo y la había recuperado últimamente con este esforzado emprendimiento familiar, que cuenta con el apoyo y la solidaridad de los vecinos.

En todo momento, los efectivos se mostraron cerrados al diálogo. Imperturbables.

En una abusiva expresión de innecesaria fuerza, estamparon la faja de clausura, que un vecino indignado luego procedió a romper.

El hecho es injusto por donde se lo mire.

Mientras a la Policía de Chivilcoy, en la propia ciudad, le roban frente a sus narices, sus integrantes ocupan su tiempo clausurando un insignificante emprendimiento -único sustento familiar- en una pequeña comunidad rural que busca crecer con el esfuerzo privado.

En el operativo de este viernes en La Rica fueron a obstruir el trabajo de una familia que se gana el sustento con dignidad, algo de lo que muchos policías carecen.

En la comunidad, la presencia policial es escasa, casi imperceptible.

Solo, como una excepción, puede verse al único móvil existente dando alguna vuelta, de vez en cuando.

Menos aún, se observa a otras patrullas de la Policía Comunal de Chivilcoy, lo cual ha llevado a varios vecinos a armarse en propia defensa frente a cualquier eventualidad.

Quede claro: Lo de este viernes en La Rica no fue el resultado de "una recorrida".

El argumento es una flagrante mentira y el hecho un injustificado abuso de autoridad.

Néstor Berrutti