LA TUMBA DEL PADRE DE EVITA, EN CHIVILCOY, CASI ABANDONADA

LA TUMBA DEL PADRE DE EVITA, EN CHIVILCOY, CASI ABANDONADA

Por Joaquín Valerio.

De los tres panteones que se aprecian en la foto, el del medio guarda un trozo de historia.
Está ubicado a pocos metros del acceso principal al Cementerio de Chivilcoy.
Comparado con otras construcciones del lugar, es un  espacio sencillo.
No llama demasiado la atención.
En su frente aún puede verse estampado el nombre Familias Elcoyhen  y Duarte. Con el paso del tiempo la identificación se ha ido deteriorando.
Hace años que nadie visita el panteón.
No tiene flores. Ni naturales, ni de plástico.
Una gruesa cadena oxidada con un candado aseguran la puerta de entrada.
Por sobre la puerta, un vidrio roto -hace muchísimo tiempo y nunca repuesto- permite el ingreso de las palomas que han encontrado cobijo en el interior para hacer sus nidos y habitar.
No todos saben que allí hay un capítulo de nuestro pasado que, como todos los hechos de la historia podrá ser discutible, pero es innegable.
Allí está la tumba del hombre que engendró a una de las más grandes mujeres políticas de Argentina y cuyo nombre tomó trascendencia mundial: Eva Duarte de Perón, "Evita".
En ese lugar descansan, desde hace 92 años, los restos de Juan Duarte, el padre de Evita, un hombre que por su personalidad ha dado lugar a los más variados comentarios. Aún hoy, algunos nostálgicos e historiadores lo recuerdan desde posiciones opuestas.
QUIEN FUE JUAN DUARTE
"Juan Duarte militó en las filas del Partido Conservador, apoyando de manera activa la figura regional del caudillo Nicolás Robbio y en Chivilcoy a Vicente Domingo Loveira", según narra el historiador local Juan A. Larrea en su libro "Chivilcoy de Antaño".
Más adelante dice Larrea:
"Del matrimonio legítimo de Juan Duarte con Adela Uhart, de Chivilcoy, nacieron  seis hijos: Adelina (casada con Francisco José Grisolía); Catalina (casada con Anselmo Castagnino); Pedro; Magdalena (casada con Gatto); Eloísa (casada con Muñoz) y Susana Duarte.
"En General Viamonte (Los Toldos) localidad donde Juan Duarte había extendido sus actividades agropecuarias, en la estancia "La Unión", bajo su administración,  conoció a una joven puestera, Juana Ibarguren (hija de Petrona Nuñez de Ibarguren) con la que formó un matrimonio de hecho.
"De esta unión nacieron cinco hijos: Blanca Amelia, Erminda Luján, Juana Elisa, Juan Ramón y María Eva Duarte, nacida en Los Toldos, el 7 de mayo de 1919, casada el 29 de noviembre de 1945, con el coronel Juan Domingo Perón, en Lobos.
LA MUERTE DE DUARTE
Según el historiador Juan Larrea, el accidente que le costó la vida a Juan Duarte, ocurrió el 7 de enero de 1926, falleciendo al día siguiente. Tuvo lugar en la avenida Mitre, entonces empedrada.
Su automóvil volcó cerca de la plaza Moreno.
Duarte tenía 67 años. Sus restos fueron velados en la casa ubicada en avenida Villarino 264, propiedad de su yerno, Francisco José Grisolía.
"La familia legítima de Juan Duarte, residente en Chivilcoy –dice Larrea- sabía perfectamente que el nombrado contaba con otra familia numerosa en Los Toldos. El día del velatorio, la señora Juana Ibarguren (madre de Evita) llegó a Chivilcoy con sus hijos (entre ellos estaba Evita)".
Asi se narra parte de la historia de Juan Duarte.
La tumba de aquel hombre -discutido o no-  que dio vida a una mujer que aún hoy sigue escribiendo capítulos de nuestra historia, está casi olvidada en el Cementerio de Chivilcoy.
Sólo los empleados municipales mantienen el aseo externo del lugar, porque no se les permite su ingreso al interior.
Vaya paradoja del destino: las únicas visitas que recibe en su tumba el padre de Evita son "trabajadores". Los mismos por los cuales aquella hija luchó hasta su muerte: "mis queridos descamisados".

 

 

 

 

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