EL PADRE VÍCTOR Y LA SANACIÓN POR LA FE

EL PADRE VÍCTOR Y LA SANACIÓN POR LA FE

Por Santiago Zunino.
Durante 10 años el Padre Víctor Roncati, estuvo al frente de la Parroquia Santísima Eucaristía de Chivilcoy.
Sus encuentros de fe convocaban a una enorme cantidad de personas de nuestra ciudad y de otros lugares mas alejados.
He sido testigo de sucesos extraordinarios, que provocan admiración o sorpresa, en el propio templo de la avenida Suárez, en el Barrio Norte. A esos hechos comunmente se les dice milagros. No los hace el hombre, sino que son atribuidos a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural.
Recuerdo que, estando el Padre Víctor en Chivilcoy, un joven, casi adolescente, llegó desde La Plata -lugar de residencia- para ver al sacerdote, por un problema renal que padecía de nacimiento.
El camino era diálisis o trasplante. Ya no había mucho tiempo por delante. Ambas cosas parecían aterradoras. Era el natural miedo a lo desconocido y a sus consecuencias. Pero la familia, mantenía viva la esperanza.
El padre Víctor lo miró, impuso sus manos sobre el -generando un inexplicable y hasta casi sobrenatural momento de paz- y con la seguridad que solo transmite la fe, le dijo que ya estaba en el camino de la sanación.
Al tiempo, el joven que, incrédulo por su edad era reacio a este tipo de encuentros, fue trasplantado con éxito. Hoy, varios años después, lleva una vida normal. Ha tenido un desarrollo físico extraordinario. Es un excelente estudiante de periodismo deportivo, vocación que descubrió luego de cursar algunas materias de Ciencias Económicas; disfruta de la vida y alimenta sus sueños frente a una cámara de televisión y a un micrófono.
Recientemente, el Padre Víctor Roncati volvió a estar muy cerca de nosotros. En la capilla "Sagrada Familia", de Gorostiaga (foto), ofició una misa de sanación, con imposición de manos. Previamente, tuvo lugar la adoración de la Eucaristía y la atención de los enfermos.
El pequeño templo de la vecina comunidad rural, estaba colmado. Entre ellos, el intendente y su esposa, ocupaban un lugar mas, como cualquier devoto.
La fe, la esperanza y la necesidad espiritual, dominaban el ambiente. El Padre Víctor estaba allí para reconfortar a cada uno y llenarlos de esa gracia tan necesaria, que cura y mueve montañas: la sanación por la fe, un puente para llegar a la intervención Divina, que se manifiesta en nuestras vidas para mejorarla.
Jesús empleó la imposición de manos como signo de misericordia, perdón y salvación. Una de las funciones de este gesto hoy, es servir de puente para que Jesús transfiera su amor y compasión.
El Padre Víctor Roncati es el vínculo que nos conduce a El, mediante la imposición de sus manos. Y esta posibilidad está al alcance de todo aquel que crea. Lo asombroso y excepcional esta en cada uno de nosotros; solo hay que saber descubrir el camino para alcanzarlo.
El Padre Víctor oficia la Misa de sanación, en la Parroquia de Gorostiaga.
Parte de la numerosa concurrencia que colmó el templo.

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