En el marco de los discursos que hubieron en la reciente exposición de la Asociación Rural de nuestra ciudad se pudo escuchar –entre otros- al intendente municipal.
El primer mandatario de Chivilcoy hizo un breve anuncio tan trascendente como "increíble", según su propia definición.
Palabras más, palabras menos dijo que en los primeros días de octubre próximo va a llegar la luz eléctrica a Henry Bell, un pequeño pueblo rural del Partido de Chivilcoy.
En la oportunidad, Britos reflexionó sobre lo "increíble" que resulta pensar que en los tiempos en que vivimos esa localidad no tenga energía eléctrica.
Antes de profundizar en detalles, valen algunas pocas consideraciones a tener en cuenta:
El pueblo de Henry Bell se ubica a solo 22 kilómetros de la ciudad de Chivilcoy, sobre camino de tierra, y a 15 kilómetros de la ruta provincial 30.
Su localidad más cercana es Ramón Biaus, a 5 kilómetros.
Su superficie es de 2,5 kilómetros cuadrados.
Su nombre recuerda la figura del señor Henry Bell, quien entre otros cargos, había sido presidente y director de la empresa Ferrocarril Oeste.
La estación ferroviaria se inauguró en octubre de 1906 y el pueblo en 1910. Tiene 112 años de vida tomando como fecha de referencia la inauguración de la estación.
Desde su fundación se construyeron algunas casas alrededor de la estación. Actualmente, sus pobladores trabajan de la actividad agropecuaria y de la cría de cerdos.
Henry Bell, en el Partido de Chivilcoy, cuenta con pocos habitantes.
Pero emulando a Eva Perón en aquello de "Donde hay un trabajador, hay un derecho", bien vale decir para Henry Bell: donde hay un vecino también hay un derecho.
Así lo vio Guillermo Britos, cuando el año pasado se convirtió en el primer intendente en celebrar un aniversario de ese pueblo y anunció en la oportunidad: "Vamos a traer la energía eléctrica a Henry Bell para que el pueblo cuente con luz, para que todos los que quieran radicarse lo puedan hacer, con todas las comodidades que se merecen"
El anuncio se convertirá en realidad en las próximas semanas, cuando el pueblo se apreste a celebrar su nuevo aniversario y allí, con esos vecinos, vuelva a estar el intendente para celebrar un acontecimiento -tardío- pero trascendente.
Esos vecinos que esperaron 112 años para ver la luz.
