
EMOTIVA CEREMONIA DE ORDENACIÓN DIACONAL
En una emotiva ceremonia, que tuvo lugar en la Parroquia "San José", de Moquehuá, el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, ordenó Diácono Permanente a Oscar Enrique Viladesau, vecino de la localidad de La Rica.
El bello templo de Moquehuá vio colmada su capacidad.
La ceremonia, por sus especiales y particulares características, despertó sentimientos muy intensos de alegría entre los presentes.
Entre otros, hubo dos momentos cargados de mayor intensidad emocional: la imposición de las manos por parte del Arzobispo Radrizzani, consagrando la ordenación (foto) y el momento en que la propia esposa de Oscar Viladesau le coloca a éste, los atuendos correspondientes.
"Doy las gracias a Dios por haberme inspirado la vocación de servicio", expresó el flamante Diácono y, tras agradecer a quienes le acompañaron en su preparación, agregó: "Heme aquí, hermanos míos. Heme aquí, al servicio de todos y cada uno de ustedes. Heme aquí, para estar al servicio de Dios en cada uno de los necesitados, en cada uno de los pobres, en cada uno de los enfermos".
Según la Biblia, "Heme aquí", es la palabra en hebreo (HINÉNI). Con estas palabras Abraham respondió a Dios, cuando éste le llamaba en su gran prueba de fe.
El orden del diaconado, está destinado a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros.
Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma; asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo; proclamar el Evangelio y predicar; presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad.
Un diácono puede bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar.



¡Recibí GRATIS las novedades y noticias más importantes directamente en tu correo!