Está ubicada en la vereda del molino, en la calle Pueyrredón, entre Garibaldi y Zapiola (foto).
Es una cámara subterránea de la empresa EDEN.
Allí hay más de 13.000 voltios de potencia. Es media tensión.
Un grueso chapón hace de tapa.
Muy cerca se observan gruesos cables que transportan la energía eléctrica.
El lugar se ha convertido en la siniestra trampa de la calle Pueyrredón.
No es para menos. Hay sobrados motivos para temerle.
La desgracia anda rondando por allí de tanto en tanto y cuando puede, se cobra una víctima.
Hace varios años, un operario de EDEN de apellido Rositto sufrió gravísimas quedamuras en su cuerpo mientras se hallaba trabajando en el lugar, bajo la superficie.
Hace apenas 24 horas, la cámara subterránea volvió a cobrarse una nueva víctima.
Otro operario realizaba tareas en el mismo lugar y resultó afectado por la tensión, también recibiendo quemaduras.
Es casualidad ? Es impericia ? Es negligencia ? Es incapacidad ?
Tal vez sea un poco de todo.
O, tal vez, sea la maldita trampa de la calle Pueyredón, que se ha convertido en una devoradora de confiados trabajadores quienes, en un exceso de seguridad, traspasan los límites del peligro que late en sus entrañas.
