LA HERENCIA DE LA AUTOPISTA A CHIVILCOY

LA HERENCIA DE LA AUTOPISTA A CHIVILCOY

Por Camilo Diez.
"Nos prometieron para el año 2017 la autopista hasta Bragado. Hoy no tenemos 10 metros hechos desde Mercedes hasta Chivilcoy". Lo recordó recientemente, el reelecto intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, hace días nada más, cuando juró para hacerse cargo de su segundo mandato de gobierno.
Las palabras del jefe comunal transparentaron la herencia de la ansiada, necesitada y demorada Autopista a Chivilcoy, también conocida como Corredor B.
Ese es el legado del gobierno de Mauricio Macri para todos los chivilcoyanos: aquellos que transitan cotidianamente la fatídica ruta nacional 5, los que dejaron su vida en ella y los que están condenados a seguir sufriendo allí alguna eventualidad, tal vez fatal.
Pero esta triste sucesión, no es únicamente atribuible a Macri. Antes, otros prometieron y tampoco cumplieron.
Ocurrió durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, actual vicepresidenta del país.
El 28 de mayo de 2008, la entonces presidenta dijo:
"Como ustedes saben, el tramo entre Luján y Mercedes, ya se hizo; una parte por iniciativa privada, y la otra parte por obra pública del Gobierno. Y fue algo que demandaron mucho, porque cuando se inauguró ese tramo, me acuerdo, que fue la gente de Chivilcoy, con reclamos y carteles, pidiendo – que está muy bien- que precisamente no se detuviera en Mercedes únicamente la ruta, sino que siguiera esa autovía; que se necesita ir al corazón de la provincia de Buenos Aires, sobre todo en el flanco norte, que prácticamente la atraviesa. Y bueno, aquí estamos, firmando hoy el contrato de una obra, que va a significar darle seguridad a los hombres y mujeres, que viven en esas localidades para transitar la ruta, pero al mismo tiempo – como decía el señor Intendente de Chivilcoy – conectividad productiva".
Los años pasan; los gobernantes cambian; algunos políticos vuelven al ruedo con otro rol, pero sin memoria.
En el medio, la ruta nacional 5, sigue devorando vidas de chivilcoyanos y de otros, mientras los funcionarios de turno la transitan desde arriba, en helicóptero, sin correr mayores riesgos. Ellos se sienten empoderados y superiores. Es "su" vida la que vale; la de los otros no cuenta; son solo votos.
A pocos días de haber asumido el flamante gobierno nacional, un nuevo interrogante empieza a tomar forma y fuerza en nuestra ciudad: ¿quién será el próximo que prometerá la autopista que, a Chivilcoy, nunca llega?
"Nada es más triste que la muerte de una ilusión". (Arthur Koestler).