"Si bien no fue mucha la pirotecnia, fue lo suficiente para alterar los sentidos de mi bebé. Desde ayer está resguardado en su frazadita, sintiéndose contenido. Llora. Se queja. Le duele."

Este es el duro y movilizador relato de la vecina Alejandra Caramelo, mama de Vico, un pequeño de nuestra ciudad que, como tantos, sufre las consecuencias de la pirotecnia sonora.

"A pesar de haber pasado una noche hermosa en familia, Vico sufre las consecuencias", relata Alejandra, quien se refiere de esta forma a los festejos de Nochebuena en Chivilcoy donde -afortunadamente- no hubo excesivo uso de pirotecnia sonora.

"De todos modos, quiero agradecer profundamente la conciencia con la que se tomó la campaña, que muchos hicimos de Pirotecnia Cero", agrega Alejandra.

Como una forma de hacer reflexionar en el uso de la pirotecnia, añade luego: "Gracias por pensar en todos los que sufren. Deseo, con todo mi corazón, que el próximo año sea mas efectivo aún. Gracias a los que nos brindan su amor incondicional. Y no olviden: Vico sufre y sufrimos todos".