TOLERANCIA CERO: FÉRREO CONTROL CON 32 DETENIDOS
Pasaron solo 20 minutos luego de las 17:00, del viernes 17 de abril.
Rige la restricción para la actividad comercial y para la circulación en la vía pública.
En la esquina de avenida Soárez y Alvear, dos oficiales de la Policía de Chivilcoy, en motos, interceptan a un ciclista (foto).
En principio no hay motivos para que éste transite a esa hora, excepto que tenga un comprobable justificativo.
El hombre de la bicicleta exhibe un documento, que acredita por qué se está movilizando.
Los uniformados le permiten continuar su camino.
La patrulla motorizada sigue en busca de aquellos que no puedan demostrar las razones de su presencia en la calle.
Nadie escapa a su paso.
También verifican que los comercios estén cerrados.
En los pocos locales que, aún, tienen una luz encendida o ven algo de movimiento, se detienen y observan en su interior.
Es una actitud de aviso; ya es hora de concluir la labor.
El cerco se va cerrando sobre los que no cumplen con las disposiciones vigentes.
A partir de las 17:00, las calles de Chivilcoy se transforman en espacios vacíos de humanos.
Es una situación excepcional, con la intención de resguardar la salud de la población ante la emergencia sanitaria por el COVID-19.
El control policial es férreo. Hay tolerancia cero.
Rige la restricción total, establecida por decreto municipal, que limita la libre circulación por las calles y la permanencia en los espacios públicos.
La orden está para ser respetada y hay que hacerla cumplir rigurosamente.
Fin de la jornada del viernes 17 de abril. Resultado: 32 personas aprehendidas por violar el aislamiento social obligatorio.
Una incomprensible muestra de irresponsabilidad; una temeraria forma de desvalorizar la vida propia y la ajena.
Cada uno de ellos tendrá una causa penal y deberá lidiar con ese antecedente por el resto de sus días.
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