Por Camilo Diez.

Se lo veía eufórico, verborrágico, desbordante, emocionado por momentos, gesticulaba con cada palabra, sus manos estaban en contínuo movimiento, su cuerpo caminaba el escenario como un boxeador aguerrido en el medio del ring, dominante del espacio y del público,  que seguía con atención cada paso, cada gesto, cada frase.

En más de una oportunidad quiso dejar en claro que no venía a anunciar ninguna candidatura.

"Hoy -dijo- no vine a largar ninguna candidatura política; no vine a hablar de nada electoral; vine a comprometerme ante todos ustedes que el 10 de diciembre de 2019 van a tener realizadas todas las obras que necesitan, y el que venga detrás mio va a estar obligado a seguir con esa política de Estado para mejorar la calidad de vida".

Pero, el hombre propone y las circunstancias disponen.

Guillermo Britos es excesivamente apasionado y se comporta dejándose dominar por la pasión que lo invade. No se resiste a ella. Se entrega mansamente.

Esa es una cualidad a tener en cuenta. Lo transparenta totalmente.

En un hombre político, la pasión suele doblegar toda formalidad.

Entonces todo se ve natural, genuino, "cara a cara", como a el le gusta decir.

Es fiel a sus principios. Lo enaltece.

Y así fue anoche, ante una multitud que colmó las instalaciones del Estadio Centro del Club Gimnasia y Esgrima, para conmemorar los primeros mil días de gobierno municipal.

Allí el intendente cedió inexorablemente a la tentación.

Liberó sus instintos de hombre político y se mostró tal cual es.

 Se dejó llevar por sus genuinos deseos y se convirtió en el candidato en campaña, más allá de cualquier formalismo al cual intentó apegarse.

Le ganó la pasión; el empuje; las ganas; el sentimiento; los deseos; la convicción política que lo mantiene vivo.

Y entonces, frente a la multitud -casi sin querer- hizo su primer anuncio de campaña: "No tengan ninguna duda -afirmó- que si este equipo de gobierno llega a tener otro mandato todas las calles que están entre la primera y la segunda circunvalación van a estar asfaltadas en el 2023".

¿ Qué más se necesita para confirmar que estamos frente a un candidato en campaña ?

Bienvenido al ruedo. Guillermo Britos abrió el juego. Alguien tenía que hacerlo. Y para eso los momentos no se determinan, suceden. Son consecuencia de la situación, de la espontaneidad, de la gente, del aplauso, del entusiasmo.

Con sus palabras, consciente del rol que estaba jugando, avanzó en el mismo sentido al decir: "No tengan ninguna duda que en el próximo período vamos a concretar todo lo que falta".

La gente festejaba y aplaudía. Era lo que querían escuchar y se lo estaban diciendo.

¿ Cuál es el pecado ? Ninguno. El que avisa no traiciona.

Y como empezando a marcar terreno, determinando las reglas del juego democrático -paseando su mirada por la concurrencia- agregó Britos: "Si no soy yo o no es nadie del equipo, vamos a estar parados a donde tenemos que estar: al lado de ustedes, exigiendo, pidiendo".

Y fue más allá todavía, ratificando lo que vendrá: "Tenemos un año y dos meses por delante para quedar en la historia".

Antes había hecho  un repaso del estado en que recibió la comuna.

Tuvo duras criticas para quienes lo precedieron.

Destacó el trabajo en las distintas áreas de gobierno.

Dejó en claro que "hasta el 10 de diciembre de 2019 nada nos va a detener para seguir trabajando".

Guillermo Britos se adelantó a los tiempos.

Y adelantarse es solo estar un paso adelante.

Es una invitación a la sana competencia democrática.

En definitiva es el intendente y es quien marca el rumbo.

La bandera de largada ya se movió.

Ahora veremos quién sigue.

Sea quién fuere, tenga el color político que tenga, bienvenidos todos.

Ya hay un candidato en la cancha y ahora la ciudadanía está expectante de conocer a todos los contrincantes, para elegir con conciencia, seguros, informados, con un solo objetivo: una ciudad cada día mejor.