No importa el frío, ni el barro; tampoco si llueve o hay demasiado viento.

Hasta la presencia del sol es secundaria, aunque si entibia la jornada con su calidez, todo será mucho mejor y más llevadero.

En su labor de todos los días, hay otras cosas que son absolutamente necesarias: sus ansias de trabajar; la solidaridad; la ayuda comunitaria; el compañerismo; esas imbatibles ganas de salir adelante.

Son mujeres que se arremangan todos los días para luchar dignamente por valores esenciales, pagando a cambio el precio del esfuerzo y el sacrificio de cada una de ellas.

Integran el grupo de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Chivilcoy.

Con su espíritu de lucha, apoyan causas donde la solidaridad es una obligación y un derecho.

En su tarea, los hombres de la CCC tampoco están ajenos; acompañan, colaboran y aportan en la dura labor de las acciones comunitarias.

Se los puede encontrar reparando y mejorando escuelas o en cualquier otra actividad, donde su presencia es necesaria. Colaborar es el objetivo que los moviliza.

Las huertas comunitarias son un destacable testimonio del trabajo de la CCC en Chivilcoy, como lo muestran las imágenes que ilustran esta nota.

En el terreno puede apreciarse el delicado y cuidadoso cultivo de verduras y otras especies, que luego son comercializadas a precios muy accesibles, a través de las redes sociales.

También, se pueden adquirir en diferentes lugares, entre ellos la Escuela rural 53.

Cumpliendo las más estrictas medidas de prevención por el Coronavirus, casi 80 trabajadoras, con sus tapabocas, y manteniendo la distancia social correspondiente, llevan adelante el trabajo de campo.

En todas las huertas, la labor se realiza en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Así trabajan las mujeres y hombres de la Corriente Clasista y Combativa en Chivilcoy.

Unidos colaboran mutuamente, para conseguir un fin común: ofrecer ayuda a los demás.

Ellas y ellos saben que solidaridad es apoyo, respaldo, protección.

Es un principio justo, que cambia el lugar donde vivimos; lo hace mejor, más habitable y más generoso.

Es la solidaridad en apoyo a la causa de la dignidad por el trabajo honesto.