La dueña de la quinta ubicada en Calle 514 y avenida De Tomaso, donde el sábado fue desbaratada una fiesta clandestina con menores de edad, dijo a las autoridades que no estaba en conocimiento de la reunión y que los chicos participantes ingresaron a su propiedad porque "sabían que había una puerta abierta".

Con esta insólita explicación, la mujer -cuya identidad no trascendió- pretendió despegarse del suceso y evitar así afrontar el pago de una abultada multa que -indefectiblemente- le aplicará la Municipalidad.

El intendente Britos aclaró, en las últimas horas, algunas particularidades de la fiesta prohibida, que el sábado a la noche fue interrumpida por la Policía, a raíz de denuncias anónimas.

Recordemos que el encuentro terminó con la captura y el procesamiento de tres menores, mientras que otros -muchos más- se escaparon a través de viviendas vecinas, saltando alambrados y ocultándose en las sombras de la noche para no ser detectados por las autoridades.

"Nosotros tenemos una Ordenanza, que establece que la infracción o falta, es para el propietario de la vivienda", dijo el intendente al dar a conocer los argumentos dados por la titular del inmueble en cuestión.

"Acá hay un tema claro: o presté mi casa o denuncio que ingresaron ilegalmente", advirtió Britos sin dar lugar a mayores excusas.

"Los propietarios -agregó- tienen dos opciones: o pagan la multa o declaran en la causa que ingresaron sin permiso".

"Le dimos la posibilidad a la propietaria de que fuera a declarar y no fue; por lo tanto se le va a labrar la infracción y ella justificará, o no, en el Juzgado de Faltas Municipal como ingresaron los chicos ahí", añadió el intendente.