UN RECUERDO COBRA VIGENCIA: LA MÍTICA FERRARI DE MENEM EN CHIVILCOY

UN RECUERDO COBRA VIGENCIA: LA MÍTICA FERRARI DE MENEM EN CHIVILCOY

En junio de 1992, el vecino Jacinto Fidel Corraro, conocido en el ambiente deportivo como "Pimienta", ex técnico del Club Huracán, y dos socios -también de nuestra ciudad- hicieron que el nombre de Chivilcoy se repitiera una y otra vez a lo largo y ancho del país, por un hecho casi fortuito.
En la ciudad de Buenos Aires, en una subasta pública, peleada oferta tras oferta, en la que participaron ricos y famosos -entre ellos el mediático Jacobo Winograd– el chivilcoyano Corraro concretó el mejor ofrecimiento y compró una joya deseada y admirada: la mítica Ferrari del entonces Presidente Carlos Menem.
El auto tenía su atractiva historia.
Fue un regalo del empresario italiano Massimo Del Lago, que buscaba la concesión para la construcción de una autopista en Morón.
La Ferrari 348 TB, modelo 1990 de color rojo, tenía una capacidad de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 5,6 segundos.
El 3 de enero de 1991, el Presidente Menem -conduciendo- partió desde Olivos hacia Pinamar, a 190 kilómetros por hora y sin pagar peaje.
Al ser consultado por el exceso de velocidad, se excusó: "Sí, es verdad, ¡pero soy el Presidente!".
Menem terminó entregando su amada Ferrari al Estado y el vehículo fue al remate.
En la subasta se pedían por la Ferrari 1.200 millones de australes (la moneda de ese momento).
Nunca se dijo oficialmente, cuánto pagó Corraro.
El grupo de Chivilcoy tenía una organización de rifas y el objetivo era sortear el auto.
El emblemático vehículo llegó a nuestra ciudad y fue paseado sobre un tráiler por las calles céntricas.
Despertó la curiosidad de todos los chivilcoyanos.
Mientras estuvo aquí, fue admirado y hasta venerado por no pocos vecinos, amantes de los buenos autos y fieles seguidores de Menem.
Finalmente, Corraro -ya fallecido- y sus socios no pudieron cumplir con el objetivo de la rifa.
El vehículo se vendió en diciembre del año siguiente.
Casi 30 años después, el recuerdo de la Ferrari más famosa de la Argentina y su paso por Chivilcoy, cobra vigencia con la muerte del ex Presidente, quien le diera vida propia al vehículo.
Menem lo hizo… y Corraro, también.

Cuando Menem cumplió 90 años, su hija Zulemita le regaló la torta con la emblemática Ferrari, que terminó en Chivilcoy.

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