El ruego fue casi unánime en la multitud: Trabajo.

El pedido se hizo escuchar con mucha más intensidad que otros años, de boca de personas de distintas edades.

La crisis que atraviesa el país, con cierre de fuentes de trabajo, carencia de futuro, falta de oportunidades laborales y la incertidumbre de un mañana sombrío, se hizo visible en la desesperanza de muchos.

En el Día de San Cayetano, patrono del pan y el trabajo, vinculado a acciones siempre al servicio de los más humildes, miles de vecinos marcharon en procesión, este miércoles, por las calles de nuestra ciudad con la ilusión de que un milagro del Santo pueda llegar a cambiar la realidad.

La parroquia, ubicada en la avenida Monseñor De Andrea, se vio abarrotada de fieles.

Desde hora temprana la concentración casi no tuvo pausa.

Los pedidos, transformados en rezos individuales, fueron las imágenes que dominaron la jornada.

Los hechos no explicables por las leyes naturales y que se atribuyen a intervención sobrenatural de origen divino, se llaman milagros.

Tal vez, el fenómeno suceda, y el año próximo los ruegos de hoy se conviertan en el agradecimiento del mañana.