"Cuando comience a crecer la producción, se tomarán más empleados". Así, lo anticiparon representantes de la firma Adecoagro, nueva propietaria de la ex planta de Sancor en Chivilcoy, cuyo director ejecutivo y co-fundador es Mariano Bosch(foto).
Si había una buena noticia que, con ansiedad esperaba la comunidad de Chivilcoy, en materia laboral, acaba de conocerse y es doblemente grata.
En principio, porque la vuelta al trabajo en la planta local ya tiene bandera de largada y, en segundo término, porque se puso de manifiesto la intención de sus responsables de ampliar la fuente de trabajo.
Para darles una mano en este inmediato arranque, la Municipalidad de Chivilcoy –a través de la gestión del intendente Britos y el titular de Gobierno De Lillo- hizo un importante aporte: rehabilitó las instalaciones de la ruta 5 en tiempo récord, en menos de 24 horas. Era un trámite imprescindible que debía llevarse adelante, de acuerdo a las disposiciones vigentes.
Volver al trabajo y con expectativas nuevas, de crecimiento. Es una pequeña luz que comienza a hacerse notar en la penumbra de meses de incertidumbre, de deterioro de la calidad de vida de los trabajadores, de falta de proyectos y desmoronamiento de ilusiones.
Chivilcoy, como el resto del país, se ha visto despiadadamente castigado por una política económica, implementada desde el Gobierno Nacional, que ha logrado destruir el futuro laboral de una enorme cantidad de vecinos.
Fábricas que cayeron en desgracia, PyMES arrasadas, comercios devastados; y en el medio de tanto desastre, maliciosa y perversamente impuesto por políticos inhumanos, está la gente sufriendo. Ni más ni menos que personas de carne y hueso masacrándose en la miseria.
En la extensa geografía de este país que sufre, Chivilcoy también grita presente, porque vive en carne propia las consecuencias de la ineptitud de quienes gobiernan el país, despojados de sensibilidad y necesidades.
La ex planta de Sancor en nuestra ciudad -ahora Adecoagro- comienza a encender una esperanza, en un año determinante para los argentinos, que volverán a decidir su futuro.
Es momento de que impere la racionabilidad; que las fábricas vuelvan a abrirse; que las PyMES recuperen el oxígeno que les quitaron; que los pequeños comercios y negocios puedan renacer con proyectos de desarrollo. Solo eso: actitud de acuerdo a la razón.
Quiera el destino y el rezo constante de los que mal la están pasando, que en nuestra ciudad -de ahora en más- muchos ejemplos como el de Adecoagro, comiencen a replicarse, en Chivilcoy y en donde fuere.
Es tiempo de parar con tanta crueldad destructiva.