CIUDAD INSÓLITA: LOS NUEVOS VAGOS

CIUDAD INSÓLITA: LOS NUEVOS VAGOS

Por Santiago Zunino.
Días pasados, en el Centro Universitario Chivilcoy, se inició un Curso de Apoyo de Empleabilidad.
La coordinadora de Empleo, Virginia Cocholilo, explicó que se trata de "una capacitación para la búsqueda de trabajo, que brinda herramientas con relación a la realización del curriculum vitae, la presentación, la visita a empresas y negocios, entre otros".
Está destinado a integrantes del Programa de Empleo Joven, de la Oficina de Empleo de la Municipalidad.
Incluye a jóvenes entre 18 y 24 años. El curso dura dos meses y se dicta sólo dos veces por semana.
A los asistentes, además de prepararlos, les pagan $ 1.600 a cada uno.
Hubieron aproximadamente 200 aspirantes al curso. Una cifra insignificante para las dimensiones de Chivilcoy y la "supuesta" necesidad de conseguir trabajo.
De esos 200, ingresaron 30, el cupo máximo. De los 30, solo se presentaron 21. A los nueve restantes, los llamaron para pedirles, por favor, que se presenten y, pese a ello, tampoco fueron, con la excusa de que tenían "un problema".
¿Qué problema tan importante, como para no presentarse, puede tener un joven que busca empleo y que, además, le pagan para prepararse?
Chivilcoy tiene más de 70.000 habitantes. ¿Sólo 200 jóvenes están interesados en que les den una mano para conseguir trabajo? Aleluya…!!!
Hablemos claro, sin medias tintas, sin hipocrecía.
Eso se llama haraganería, vagancia.
¿Se lo explico mejor?
Son personas que tienen poca disposición para hacer algo que requiere esfuerzo o constituye una obligación, especialmente trabajar.
¿Cómo es posible?
¿Cómo se explica esta insólita realidad?
En una ciudad en crisis económica -maldito espejo de lo que pasa en este desbarrancado país- con fuentes de trabajo que se cierran y donde muchos se quejan por falta de oportunidades laborales, la Municipalidad enciende una luz de esperanza y los que se muestran interesados son unos pocos.
Ese bienvenido curso debería estar abarrotado de gente joven, con ganas de trabajar, de buscar una oportunidad, de salir adelante, de crecer; para aprender a conseguir trabajo, saber como expresarse y de que manera presentarse.
Escasa participación ha tenido la convocatoria, si tenemos en cuenta la profunda dimensión de la crisis laboral y el enorme contexto social de Chivilcoy.
¿Cuál es la verdadera realidad laboral en nuestra ciudad?
En Chivilcoy, ¿pocos necesitan trabajar?
¿Es una ciudad de ricos, donde una ocupación es lo menos importante?
Los que se quejan ¿de qué reniegan?
¿O convivimos en una sociedad de vagos, que solo saben quejarse y esperar que todo venga de arriba, sin el menor esfuerzo?
Las autoridades municipales, con muy buen criterio, están dando a los jóvenes la oportunidad de que puedan formarse, orientándolos en la búsqueda laboral.
Ese desperdicio que están haciendo de la alternativa ofrecida, al no asistir a ese tipo de encuentros, es un ejemplo incomprensible de inmadurez, que habla por sí mismo del concepto personal de cada uno y hasta pone en evidencia su falta de dignidad -simple y sencillamente- porque el trabajo dignifica, ya sea en relación de dependencia o por cuenta propia.
Son las generaciones que algunos mayores han sabido conseguir.
Chivilcoy también esta lleno de Ni-Ni. Jóvenes que Ni estudian; Ni trabajan.
Este curso municipal es una oportunidad que se abre; es una forma de empezar; un primer paso.
La respuesta es la ausencia; el desinterés; la falta de ambiciones.
La cualidad del vago es la pereza, también conocida como desidia o flojera, que lleva a las personas a no poner empeño o a no desarrollar ciertas tareas que debería cumplir.
Ellos -los nuevos vagos de Chivilcoy- serán los adultos mayores del mañana, en cuyas manos estará el futuro de nuestra ciudad. Imaginemos a alguno de ellos sentado en una banca del Concejo Deliberante. O siendo intendente municipal. Solo pensarlo da pena, aterra.
En Chivilcoy no falta trabajo; faltan trabajadores, con garra, ganas, sacrificio, empuje, decisión y algo de riesgo.
En Chivilcoy hay una sobreoferta de jóvenes "birreros" -los amantes de la birra (foto)- para quienes solo hay pereza para el trabajo.
Todo lo demás es politiquería barata que hacen runfleros delirantes, tiempistas de ocasión.
A la oportunidad se la busca; si te enseñan a hacerlo y te pagan para ello, mucho mejor.

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