Por Esteban Arias.

En los pasillos del juzgado de Claudio Bonadío las noticias vuelan y el nombre Chivilcoy ha comenzado a sentirse reiteradamente.

Hablan de los ex secretarios de Cristina Fernández de Kirchner.

Algunos de ellos ya fueron detenidos. "Ahora vamos por otros", se escucha en el juzgado.

¿ Por qué mencionan a Chivilcoy ?

¿Quién está entre "los otros"?

En Chivilcoy está el joven, próspero y millonario Martín Federico Aguirres, también ex secretario privado de Cristina (en la foto caminando junto a la ex presidenta).

En el juzgado, algunos dicen que Aguirres "sabe demasiado" porque estuvo un par de años muy cerca de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y "fue testigo presencial de los hechos que se investigan".

Otros, en cambio, dicen que "es poco lo que puede aportar" a las causas de las coimas en la obra pública. "No era un tipo relevante en su función", afirman quienes lo trataron de cerca y agregan: "Si bien estaba siempre junto a la ex presidenta, se lo destrataba, por eso renunció".

Cuentan que Martín Aguirres "era el ladero presidencial para las cosas menores" y si vio o ha sido testigo de algo fue mas "la consecuencia de una circunstancia que de una participación necesaria".

"Bonadío evalúa y mueve las piezas que son importantes", comentan.

Anticipan los voceros judiciales que "por ahora Aguirres puede descansar tranquilo".

Lejos del juzgado, en Chivilcoy, la ciudad natal de Martín, no faltan aquellos que cuentan que "Aguirres tiene un gran susto. Tiene terror por si lo llaman a declarar".  Con voz tranquilizadora,  esperan, desean, que "la cosa no pase mas que de ahí".

Lo cierto, es que el nombre del chivilcoyano Martín Federico Aguirres -ex secretario privado de Cristina- ha tomado vuelo en las últimas horas en las causas que investiga el juez Claudio Bonadío y que apuntan a la ex presidenta.

El nombre de Aguirres entró en danza luego de la detención de otros dos ex secretarios privados de Cristina, casi contemporáneos de Aguirres quien, además, fue secretario privado del "bolsero del convento" José López.

No hay que pensar demasiado para saber que el de Chivilcoy estuvo en la "crema de la rosca", consciente o ingenuamente.

Basta con citar el ejemplo de su cercanía al arrepentido "Lopecito" para darse cuenta que si no veía era porque "no hay peor ciego que el que no quiere ver".

Recordemos que luego de estar con López, Aguirres escaló posiciones y cumplió el mismo papel junto a la ex mandataria. Antes, también, había sido secretario de Néstor Kirchner.

Aguirres asumió como secretario privado de Cristina en 2011.

En 2014 presentó su renuncia, la cual fue aceptada por Decreto 251/2014.

Con la firma de Cristina y del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el texto agradece "al funcionario renunciante los valiosos servicios prestados en el desempeño de su cargo".

Hay un dato no menor: Es innegable que Martín Aguirres -a pesar de su juventud- es un próspero millonario que se enriqueció en la función pública en muy poco tiempo y eso no deja de llamar la atención.

Ahora, cuatro años después de su renuncia, el juez Claudio Bonadío está evaluando si -efectivamente- "los servicios prestados (por Aguirres)  han sido tan "valiosos", como citaba el decreto, mientras decide si lo cita a declarar, lo convierte en otro ex secretario detenido o -por el momento- lo deja que respire tranquilo.