En Chivilcoy, el cruel corte de cola a los perros -los boxer son un clásico- tiene las horas contadas. También, otras prácticas relacionadas con la "estética" de los animales deberá dejarse de lado, excepto que sus responsables estén dispuestos a cometer delito y recibir las sanciones correspondientes.

Los vecinos (y veterinarios) acostumbrados a semejante salvajismo tendrán que comenzar a adoptar otras prácticas, mas afines con la naturaleza animal.

Esto está contemplado en un proyecto girado al Senado de la provincia de Buenos Aires, que intenta poner fin a prácticas tales como la cordectomía (eliminación de cuerdas vocales), caudectomía (corte de cola), otectomía (levantamiento de orejas) u onicectomía (extracción de las uñas de los gatos).

La diputada María Laura Ricchini, impulsora de la propuesta legislativa, celebró el visto bueno obtenido en la Cámara baja y afirmó: "Aprobamos un proyecto que es un paso más en el reconocimiento de los derechos de los animales".

Asimismo, la referente de Cambiemos por la cuarta sección electoral explicó con preocupación: "Lamentablemente, nos encontramos muchas veces con situaciones en que las personas que conviven con animales domésticos lo que hacen es cortarle el rabo, las orejas o incluso llegan hasta la crueldad de cortarles las cuerdas vocales a los perros para que el ladrido no moleste".

Ricchini, también, hizo referencia a la instancia punitiva en caso de incumplimiento de la normativa: "Para los dueños que piden estas prácticas se establecen multas altas, pero también la inhabilitación para los veterinarios porque nos parece que la práctica profesional tiene que tener ese respeto hacia los animales".

El proyecto prevé una sanción económica de entre dos y cinco salarios mínimos para el dueño del animal que autorice la realización de las intervenciones quirúrgicas estéticas mencionadas. La pena estipulada para el  veterinario que incumpla la ley será la inhabilitación de su la matrícula de tres a seis meses.