Escribe Esteban Arias.

Un vecino de nuestra ciudad, en un gesto de enorme solidaridad, que lo enaltece infinitamente, colocó un canasto en la planta ubicada cerca del contenedor de residuos de su cuadra (foto), y deposita allí productos comestibles que descarta, para que sean aprovechados por otros vecinos que han comenzado a circular por las calles de Chivilcoy en búsqueda de comida.

Walter Rivas -de él se trata- justificó su acción con estas palabras: "Hemos visto que hay gente en Chivilcoy que busca alimentos diariamente. Si alguien quiere pasar a buscar la comida, me parece mucho mas saludable que venga a buscarla a un lugar que está separado y no que tenga que venir al contenedor. También dejamos ropa", dijo el solidario vecino.

A este extremo hemos llegado en Chivilcoy, consecuencia de la despiadada política económica que esta sumergiendo al país -y a nuestra ciudad- en un patético escenario de pobreza incontrolable.

Sucede esto en la ciudad de un dirigente político nacional, estrechamente ligado al Presidente de la Nación, cuya presencia se ha desdibujado por estas tierras, a la que suele llamar "mi querido Chivilcoy natal". 

Sebastián García De luca, secretario de Interior de la Presidencia (a el nos referimos) pasea su figura por los escenarios gauchescos de la Patria (Jesús María, Córdoba), disfrutando de abundantes y exquisitos asados, mientras algunos vecinos de su ciudad, salen en búsqueda de alguna migaja para calmar los retortijones en el estómago, que comienzan a ser cosa de todos los días, cuando el hambre llega.

Afortunadamente, la solidaridad de aquellos que cotidianamente luchan y no claudican por el engrandecimiento de la ciudad y su gente, son los que saben tender una mano, cuando el vecino la necesita. Walter Rivas, en su persona esta el ejemplo de ayuda incondicional, mientras otros brillan por su ausencia.