¿LOS BARBAROS, QUÉ HARÁN CON NUESTROS MUERTOS?

¿LOS BARBAROS, QUÉ HARÁN CON NUESTROS MUERTOS?

Escribe Joaquín Valerio.
Se supo en las últimas horas, que en la Municipalidad de Chivilcoy, se instruyó sumario administrativo y se radicó denuncia penal a personal municipal, por burlarse de un compañero con discapacidad.
Los hechos sucedieron en el Cementerio local.
Fueron protagonistas empleados afectados a tareas en aquel lugar, quienes sometieron a indignas humillaciones a otro trabajador con capacidades diferentes.
Lo increíble y perturbador del caso, es que los causantes de tan intolerable proceder, subieron testimonios del suceso a las redes sociales, como enorgulleciéndose del acto cometido.
Un acto despreciable y repudiable llevado a cabo por empleados del Estado Municipal, que merece la peor de las condenas sociales, más allá de las más duras e inflexibles sanciones a que hubiere lugar.
Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, estos tienen -entre otras cosas- igualdad ante la Ley sin discriminación; protección contra la tortura, la explotación, la violencia y el abuso; derecho al respeto de la integridad física y mental; derecho a vivir en la comunidad y derecho al trabajo.
Además, está establecido que todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos, incluyendo el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo.
La situación que tuvo como escenario, ni más ni menos, que al Cementerio -más allá de que en cualquier lugar algo como esto causa rechazo- pone en evidencia varias cosas.
El grado de enajenación mental que poseen estos empleados municipales es alarmante y genera preocupación.
Es muy probable que este tipo de conductas ya tengan antecedentes en el lugar; la diferencia es que ahora ha trascendido por iniciativa propia, algo impensado para una cabeza que, mínimamente, razona.
Si estos inadaptados -que no se acomodan a las circunstancias que los rodean- hacen esto con los vivos, ¿qué nos espera que hagan con nuestros muertos allí depositados?
Más allá de lo que establecen las normas laborales, en cuanto a la necesaria conformación sumarial, los "i-rresponsables" de semejante barbarie, ya deberían estar en la calle, engrosando impiadosamente la nómina de inadaptados que merecen ser marginados de toda fuente laboral de nuestra comunidad, simple y sencillamente porque han actuado fuera de las normas de la cultura -en especial de carácter ético- y son salvajes, crueles o faltos de compasión hacia la vida o la dignidad de los demás.

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