CHIVILCOY, UNA PELÍCULA Y EL CONGRESO DE LA LENGUA

CHIVILCOY, UNA PELÍCULA Y EL CONGRESO DE LA LENGUA

En el marco del Congreso de la Lengua, que se realiza en Córdoba, se habló de Chivilcoy.
El motivo de la referencia a nuestra ciudad fue la película "El secreto de sus ojos", ganadora de un Oscar al mejor film extranjero.
En el Auditorio Fahrenheit (foto), el escritor Eduardo Sacheri, autor del libro original de la novela, que Juan José Campanella llevó al cine, contó detalles que dieron origen al mayor suceso cinematográfico de los últimos años en Argentina.
En la premiada película, los protagonistas Ricardo Darín y Guillermo Francella ingresan ilegalmente, en Chivilcoy, a la casa de la madre del sospechoso de la violación y asesinato de una mujer, también de nuestra ciudad, y roban las cartas que su hijo le ha enviado, sin encontrar ninguna evidencia del delito cometido.
"En la literatura -dice Sacheri- uno trabaja solo. A lo sumo con su editor, pero el trabajo es prácticamente en solitario. En cambio en el cine el trabajo es mucho más colectivo. No es sólo el guionista y el director, son también los actores, por supuesto; pero también los técnicos. Hay un montón de gente trabajando".
"No hay secretos ni recetas, pero si pienso qué fue lo que tuvo de bueno este laburo, es que con Campanella discutimos cada detalle con salvajismo. Algunas las gané yo, otras las ganó él", cuenta Eduardo Sacheri.
Luego de responder algunas preguntas que le hacían los espectadores, donde la palabra Chivilcoy resonó una y mil veces, concluye el escritor: "El cine es un lugar al que me invitan y me siento cómodo. Pero mi casa son los libros".
La película "El secreto de sus ojos" se transformó en una de las realizaciones argentinas más importantes de la historia, porque logró, no sólo una masividad inédita; también ganar el Oscar a la mejor película extranjera.
El film puso el nombre de Chivilcoy en conocimiento del mundo entero, no como ciudad ficticia, sino como existencia real, hecho que significa un invalorable halago para quienes habitan esta ciudad y una sana cuota de estímulo para fortalecer el orgullo de cada chivilcoyano.
Guillermo Francella y Ricardo Darín, personificados, en la supuesta casa de Chivilcoy ambientada para la película.

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