La imagen muestra una escena cotidiana, que se repite constantemente en nuestra ciudad: vecinos agolpados frente a una farmacia.

Ocurre a cualquier hora, mientras éstas estén atendiendo al público.

Algunos van en busca de medicamentos; otros piden desesperadamente alcohol.

Solo eso; tan imprescindible, elemental y necesario en este momento de emergencia sanitaria.

La respuesta de los profesionales se repite una y otra vez: "No hay; no nos entregan".

Uno de ellos le confió a este medio: "No tenemos alcohol ni para aplicar inyecciones".

Recientemente, el director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), Rubén Sajem, denunció a las principales droguerías y distribuidores por los faltantes.

"Desde el 9 de marzo -afirmó Sajem- casi ninguna de las 13 mil farmacias que hay en la Argentina recibe alcohol en gel, alcohol líquido, y estamos hablando de 4 ó 5 empresas y 3 ó 4 marcas, que se están burlando de las farmacias, los ciudadanos".

Una triste y dramática situación, que no escapa a Chivilcoy y suma una preocupación más a la ansiedad e incertidumbre que genera el encierro obligatorio -bajo pena de castigo policial- frente a un Estado (Municipal, Provincial y Nacional) que parece inmune de asumir tan básica responsabilidad, como asegurar el abastecimiento de alcohol. Deplorable.