Por Joaquín Valerio.

La fuerza expresiva de la imagen es conmovedora.

Sólo un puñado de hombres y mujeres, en su mayoría funcionarios del gobierno municipal, respetando el obligado distanciamiento social, con sus rostros semicubiertos, cumpliendo con indiscutibles medidas de prevención.

No hubo eufóricos saludos; la institucional cortesía debió quedar de lado, por lo menos de la forma tradicional que la conocemos y usamos.

Solo algún toque de codos, a manera de amigable encuentro. No más que eso.

Todos eran estrechamente conocidos, vecinos, compañeros de trabajo; las máximas y mas representativas autoridades de la ciudad.

Sin embargo, la emergencia sanitaria y sus restricciones, les impidió la familiaridad y la cercanía deseada.

Así se vio la postal de la conmemoración del 25 de Mayo en Chivilcoy.

En la larga y fructífera historia de nuestra ciudad, jamás la celebración que conmemora la Revolución de Mayo, fue tan particular.

Atípica, infrecuente, distinta.

Bajo estas características, se llevó a cabo en Chivilcoy uno de los mas trascendentales actos patrios, que recuerda la gesta que concluyó en la constitución de la Primera Junta de Gobierno.

Quedará en el recuerdo de los memoriosos historiadores locales, como una jornada festiva de peculiares características, impuestas por la pandemia de coronavirus, que nos amenaza de cerca, lastima sin piedad y condiciona cada movimiento.

Una pesadilla que, ansiamos, pronto sea parte del pasado.