Una ex estación de servicio -abandonada hace años- ubicada en cercanías de las rutas provinciales 30 y 51, en Chivilcoy, fue utilizada como escenario para una fiesta clandestina, de la que participaron numerosas personas jóvenes.

Al ser sorprendidos por la llegada de la Policía, la mayoría logró huir del lugar, dejando desparramadas una enorme cantidad de botellas con alcohol, que habían sido llevadas al sitio para consumir y dar rienda suelta a la diversión y el desenfreno, vulnerando las restricciones de la pandemia.

El hecho tuvo lugar en la noche del pasado sábado, madrugada del domingo, y fue una de las siete fiestas clandestinas que las autoridades lograron detectar.

"En una estación de servicio abandonada, se habían convocado los jóvenes. Se escaparon y dejaron todo el alcohol en el lugar", confirmó el intendente Britos.

Dijo, además, que en algunos casos hubo participación de "gente que debería tener otra actitud" y dejó en claro que "cada uno es responsable de sus actos".

"Es muy difícil entender que alguien se tome esto con la licencia de creer que no va a pasar nada, que está todo bien, que esto (la pandemia) ya pasó y después termine contagiando a un familiar", agregó el jefe comunal.

Reiteró luego un mensaje que viene haciendo público insistentemente: "Le pedimos a los jóvenes la responsabilidad que requiere este momento. Sabemos que es prácticamente imposible, después de nueve meses, que los jóvenes tengan la responsabilidad de no reunirse pero, al menos, a quienes lo hacen, le pedimos que cuiden a sus familiares".

En el mismo sentido, advirtió: "Nosotros vamos a seguir trabajando con la Dirección de Nocturnidad, Guardia Urbana y Policía. Vamos a seguir interviniendo".