Este martes 2 de abril, el reconocido, respetado y admirado Jorge Palmieri, cuyo mítico consultorio se halla ubicado en Hipólito Yrigoyen 81, cumplirá 53 años como médico.

Se recibió a comienzos de la década del 70 y a partir de aquel momento dedicó su vida al ejercicio de tan noble profesión, con una entrega pocas veces vista.

Caracterizado por una singular bondad, su figura se fue agigantando con el transcurrir de los años.

Todos los días, Palmieri recibe en su consultorio a decenas de vecinos que lo consultan por diferentes dolencias.

Para ser atendido, no hace falta tener dinero, ni obra social.

Está siempre dispuesto a recibir a todo aquel que lo necesite.

Lo hace desinteresadamente y hasta entrega medicamentos gratis.

Su generosidad no tiene límites.

Palmieri está dotado de cualidades y virtudes personales muy singulares.

Cuando cierra su consultorio, hace visitas domiciliarias para atender a los pacientes que no pueden movilizarse.

Esa actitud –habitual en otros tiempos- ya no es común en la actualidad.

Las nuevas generaciones de médicos la dejaron de lado.

Sin embargo, Palmieri la cumple con agrado y especial dedicación.

El "Doctor del Pueblo" mantiene aquella costumbre, tan valorada y apreciada.

Eso lo hace distinto; lo diferencia de los demás; lo enaltece.

Es un hombre con características excepcionales.

Al igual que el recordado Enrique Pinti, no usa celular.

Todos saben dónde y cómo encontrarlo.

Es amigo, comprensivo, buen consejero, siempre dispuesto a dar una mano.

En 2020 pasó un mal trago.

El Coronavirus  se instaló en su cuerpo y lo alejó temporalmente de su querido consultorio.

Debió ser internado en el sanatorio Finochietto, de la ciudad de Buenos Aires.

Todo Chivilcoy se mantuvo en vilo, siguiendo día a día la evolución de su salud.

Si alguien, todavía, no tenía magnitud de lo que representaba su figura, en ese momento quedó evidenciado.

Palmieri superó al COVID  y, luego de un tiempo de recuperación, volvió a atender a sus pacientes.

Lo hace cada día con las fuerzas renovadas, haciendo honor a ese amor inclaudicable por la medicina que abrazó hace más de medio siglo.

 "Practicaré mi profesión con conciencia y dignidad" reza, entre otros conceptos, el Juramento Hipocrático, un compromiso histórico que se atribuye a Hipócrates -el padre de la medicina occidental- que deben firmar los que terminan sus estudios y quieren dedicarse a la profesión.

Para el doctor Jorge Palmieri -53 años después de haber asumido aquel compromiso- la concepción de Hipócrates de Cos continúa siendo la base de su ética médica.

Néstor Berrutti