LAMENTABLE EJEMPLO DE PERIODISMO HIPÓCRITA

LAMENTABLE EJEMPLO DE PERIODISMO HIPÓCRITA

Cuando cualquier lector (o colega) de La Razón de Chivilcoy intenta realizar las acciones de "cortar, copiar y pegar", o "copiar y pegar" o "cortar y pegar", en el uso cotidiano de sus publicaciones en la web, se encuentra con la siguiente advertencia: "La acción que intenta realizar está deshabilitada. Este artículo cuenta derechos reservados. Prohibida su copia sin expresa autorización del autor".
El aviso es legítimo.
Nadie tiene derecho a apropiarse indebidamente de lo que no le corresponde.
También es contradictorio.
Emulando a la perfección a Lucio Anneo Séneca, una de las figuras más importantes para la filosofía durante el Imperio Romano ("Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago"), La Razón de Chivilcoy toma publicaciones textuales de otros medios, las edita como propias -sin pedir autorización, ni citar la fuente de información- y (lo que es más grave aún) le estampa la firma de alguna de sus "afamadas plumas" como autoría intelectual.
El hecho no es nuevo.
Viene repitiéndose desde hace años.
HoyChivilcoy.com es una de las víctimas de ese proceder.
La situación le fue advertida, en más de una oportunidad, al director de ese medio, Alberto Mario Mónaco.
Sin embargo, la apropiación indebida de información publicada continúa perpetrándose con inconcebible descaro, carencia de dignidad y falta de profesionalismo.
El próximo 16 de noviembre La Razón de Chivilcoy cumplirá 112 años.
El diario fue creado en 1910 por Simón Vásquez y Eugenio Rochex.
Poco y nada queda de aquel prestigio bien ganado.
Solo el nombre resiste por costumbre el paso de los años (por ahora).
La escuela de periodistas que fue hasta hace poco más de cuatro décadas, cuando el diario fue adquirido por Alberto y Francisco Mónaco, Diego Cavagna, Rufino Cabral, César Sanzone y Oscar Barbieri, se ha convertido, con el paso de los años, en un copia y pega periodístico que se adueña de lo ajeno sin requerir autorización.
Es un acto que denota hipocresia.
Siempre de los errores se aprende.
Tal vez, de este yerro, La Razón de Chivilcoy pueda aprender a no vulnerar lo que no le pertenece.

Néstor Berrutti

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