En conmemoración del quincuagésimo aniversario del primer trasplante de corazón hecho en Argentina, y décimo noveno en el mundo, la Municipalidad de Chivilcoy declarará ciudadanos ilustres post mortem, al señor Antonio Enrique Serrano y al doctor Oscar Pedro Prévide (foto), ambos vecinos de nuestra ciudad, por su invalorable aporte a la ciencia.

El chivilcoyano Serrano fue quien recibió el primer trasplante de corazón en el país y el doctor Prévide -su médico personal- fue el gestor para que se concretara la histórica intervención quirúrgica, practicada en el año 1968, en la Clínica Modelo de Lanús, por el doctor Miguel Bellizi.

La ceremonia en la cual se los declarará ciudadanos ilustres post mortem, tendrá lugar -en principio- el viernes 14 de diciembre, en horas de la tarde, en el recinto del Honorable Concejo Deliberante y serán los familiares de ambos extintos quienes recibirán el correspondiente decreto declaratorio de manos del intendente municipal, doctor Guillermo Britos.

LA HISTORIA

La noticia del primer trasplante de corazón en Argentina conmocionó a todo el país, al mundo que nos observaba y, particularmente, a la ciudad de Chivilcoy, porque un hombre de estas tierras era protagonista de esa "hazaña médica"; era quien le "ponía el pecho" a la ciencia y a la historia.

Antonio Enrique Serrano fue intervenido quirúrgicamente el 31 de mayo de 1968. Sobrevivió cuatro días. Falleció el 4 de Junio del mismo año. Tenía 54 años. Su corazón estaba muy enfermo. Era enorme, desproporcionado en su tamaño. Su cuadro era irreversible. Le quedaban apenas dos meses de vida. Su diagnóstico era: insuficiencia cardíaca descompensada con intoxicación digitálica.

El doctor Oscar Pedro Prévide era el médico cardiólogo que atendía en Chivilcoy a Serrano. Ante el irreversible cuadro que presentaba el paciente, propuso a los familiares la posibilidad de la operación. Llevó adelante las gestiones para que pueda concretarse la histórica intervención quirúrgica. Fue el gran impulsor del trasplante.

En aquel momento, dijo Prévide a la prensa nacional: "Yo conozco desde hace ocho años al doctor Ruggiero y, justamente, quince días atrás,  me había comentado que estaban trabajando, desde mucho tiempo, en los trasplantes y que si tenía algún paciente en estado desesperante, le avisara, porque ya estaban en condiciones de hacerlo. Por supuesto, también sabía que con el trabajaría, encabezando el equipo, el doctor Bellizi. Como ambos me merecen una absoluta confianza por su seriedad y capacidad, me decidí a plantearles el caso a la esposa e hijos de Serrano. Había dos alternativas: esperar que el paciente muriera o intentar el injerto. Realmente, existiendo una probabilidad, era imposible desdeñarla por más difícil que pareciera. Y, efectivamente, así lo entendieron los familiares, quienes no dudaron en aceptar. Le comuniqué la noticia a Ruggiero el día 23, y después de ver al paciente junto con Bellizi, decidieron realizar la histórica intervención".