Por Santiago Zunino.

En febrero del año pasado, cuatro menores de entre 7 y 11 años -precoces aprendices de andar equivocados por la vida- armados con gomeras y un rifle de aire comprimido, mataron conejos y gallinas en la Escuela Agraria de Chivilcoy. 

El hecho se esclareció rápidamente. Los chicos eran vecinos del lugar. La policía los puso a disposición de la Justicia y se dio intervención al Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño/a y Adolescentes de Chivilcoy.

Con respecto al daño, no pasó nada. Demasiado protocolo, muchas veces insuficiente. Nunca se supo quien se hizo cargo del perjuicio ocasionado a la comunidad educativa. Seguro que los padres de la incipiente gavilla se lavaron las manos, vaya a saber con que ridículo argumento, que otros creyeron válido.

Recordemos que los "nenes" andaban armados con un rifle de aire comprimido con balines, que fue secuestrado por la policía. Los pequeños no fueron a matar animales para comer, empujados por su hambruna. Fueron a matar por simple salvajismo. Y en el supuesto de que el hambre hubiese sido el motivo del vandálico hecho, ¿quién y cómo compró el arma y sus balas? ¿Por qué no compraron alimentos? El que no tiene para comida, menos tiene para un arma.

Afortunadamente, estas situaciones de vandalismo en escuelas, de las que nadie se hace cargo, tienen los días contados. En lo sucesivo no será tan fácil para padres permisivos e irresponsables -como en el caso de la Escuela Agraria de Chivilcoy–  que sus hijos lleven a cabo acciones indebidas y que, luego, todo siga igual, arreglado con una quita de culpas (disculpas).

Ahora, el gobierno bonaerense, a cargo de María Eugenia Vidal, elaboró un proyecto de ley que penaliza e incorpora sanciones contra quienes cometan hechos vandálicos en las escuelas. Las multas o días de arresto alcanzarán también a los padres o tutores, cuando el autor de los daños haya sido un menor.

El texto incorpora dos artículos al Código de Faltas bonaerense. Según los agregados, se sancionará con 5 a 30 días de cárcel o una multa de entre el 50 y 100 por ciento del sueldo de un oficial subayudante de la Policía bonaerense. También, se castigará a quienes manchen o ensucien los inmuebles afectados al servicio educativo.

Cuando los autores de las contravenciones sean menores edad, la reforma del Código prevé la imposición de 1 a 5 días de arresto o una multa -del 30 al 60 por ciento de los haberes de un oficial subayudante- a los adultos encargados, en caso que se verifique que la conducta fuera "consecuencia de una falta o negligencia en sus deberes por parte de los padres o tutores". Si se trata de una repetición en la contravención, la sanción a los padres se elevará al doble, pudiendo además "imponérseles el cumplimiento de una terapia familiar", señala el proyecto de ley.

Chivilcoy tiene una amplia infraestructura educativa, que ha sido golpeada varias veces. En algunos casos por adultos vandoleros y en otros por menores descarriados, que no tienen de sus padres o tutores, la más mínima contención. Han cometido desmanes en varios establecimientos educativos de nuestra ciudad, sin que nadie les haga afrontar los daños ocasionados, producto de un país y una ciudad, con una cultura de convivencia en ruinas.

La excelente iniciativa del gobierno bonaerense, ayudará a proteger los bienes de nuestra comunidad educativa y les hará temblar el bolsillo, o estar a la sombra en un calabozo, a quienes -directa o indirectamente- sean responsables del vandalismo en los establecimientos educativos.

Afortunadamente, las escuelas de Chivilcoy comenzarán a estar a buen resguardo, porque pronto, el que las hace…las pagará.