Breve, conciso y con un sabor amargo en sus palabras, se mostró el chivilcoyano Sebastián García De Luca, ex vice-ministro del Interior durante el gobierno de Mauricio Macri, al expresar su estado de ánimo tras abandonar recientemente el gobierno.

El vecino, que acaba de jurar como diputado nacional, dijo irse "con bronca", en supuesta referencia a la entrega del poder en manos del Frente de Todos, bajo la presidencia de Alberto Fernández.

"Nos vamos orgullosos, con algunas broncas; pero con la frente bien alta, miles de experiencias y siendo amigos. Es una etapa, de un camino que nos sigue uniendo y grandes desafíos por venir", manifestó públicamente, de manera escueta.

García De Luca fue el chivilcoyano que ocupó el más alto cargo a nivel nacional en los últimos cuatro años.

Durante ese período Chivilcoy -su ciudad natal- no recibió ningún aporte del gobierno central, debido a desencuentros que tuvo con el reelecto intendente Guillermo Britos, pese a los insistentes reclamos que el jefe de la Comuna hizo a lo largo de su gestión.

La reprochable falta de colaboración de De Luca, quien no supo o no pudo dejar de lado cuestiones personales para priorizar a la comunidad, relegó a nuestra ciudad incomprensiblemente.

Una actitud egoísta, que tal vez pueda enmendar en su nueva etapa de legislador nacional. Chivilcoy, aún, lo necesita. Es tiempo de recapacitar.