El lunes 5 de octubre, la titular de la Región Sanitaria décima, Carolina Di Nápoli (foto), anunció: "Estuvimos reunidos con las nuevas autoridades municipales de salud de la Municipalidad de Mercedes. Pusimos a disposición todas las herramientas que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires tiene para enfrentar al Covid".

Un día después, en la misma Mercedes, Di Nápoli, y el referente regional de Salud Mental, Julio Maldonado, entregaron nuevo equipamiento tecnológico, para mejorar la comunicación entre los pacientes críticos y sus familiares.

Anteriormente, entregó al intendente de Bragado, Vicente Gatica, los insumos y reactivos para la puesta en marcha del nuevo laboratorio para análisis de COVID.

"La cercanía, el cuidado humanizado y la solidaridad son nuestra convicción", dijo Di Nápoli en una de esas ocasiones.

Aplausos. Muy bien por las entregas realizadas y felicitaciones por el digno y humano mensaje de la funcionaria, que tiene su sede en Chivilcoy, muy cerca de nuestro Hospital.

Recordemos, la Región Sanitaria X esta formada por 10 Partidos: Chivilcoy (cabecera) Alberti Bragado, Lobos, Mercedes, Navarro, Roque Pérez, Saladillo, Suipacha y 25 de Mayo.

Ahora bien: mientras Di Nápoli recorría municipios vecinos y entregaba lo que corresponde, ¿no sabía de las urgentes necesidades de nuestro Hospital, que está a solo 200 metros de su despacho?

¿Ignora que el nocosomio no tiene camisolines y el Ministerio al que representa los entrega con cuentagotas?

¿ O poco le importa lo que allí sucede?

El desprecio manifiesto puesto en evidencia por las autoridades de la Región Sanitaria X no es hacia el Hospital de Chivilcoy; es hacia los vecinos, -chivilcoyanos o no- que allí se asisten.

Es desaire y discriminación; resentimiento; política barata y, por sobre todas las cosas, menosprecio a la voluntad popular.

El intendente Guillermo Britos no es del palo y hay que castigarlo.

La ingenuidad no tiene cabida en cualquier ser viviente, cuyo cerebro pesa más de un gramo.

Pero cometen el más brutal de los errores: no lastiman al jefe comunal; hieren de muerte al pueblo, que rechaza hasta el hartazgo esta forma de actuar, sobre los fundamentos de un discurso hipócrita, recalcitrante.

Esta deplorable actitud, cada día más visible en Chivilcoy, contradice las constantes expresiones de los funcionarios bonaerenses -y hasta del propio Axel Kicillof– acerca del igualitario apoyo a los 135 municipios.

Parece que el discurso oficial bonaerense ha comenzado a tener filtraciones en nuestra ciudad y, en consecuencia, la emergencia sanitaria está mostrando un equívoco y lamentable sesgo político, exponiendo como "trofeo de guerra partidaria" a todos los chivilcoyanos.

En nuestra ciudad, la oposición retrógrada está jugando con la salud de los vecinos.

Frente a eso no hay perdón; solo repudio bien ganado.