Dos conductores de automóviles se negaron a someterse al test de alcoholemia, en un operativo realizado por la Dirección de Tránsito de nuestra ciudad, pero su necedad no les sirvió de mucho: sus vehículos fueron secuestrados y sus licencias retenidas.

La historia no concluye ahí: ahora deberán afrontar la multa más costosa. Precisamente es la que reciben quienes se nieguen a realizar el test de alcoholemia.

Los hechos ocurrieron en operativos que lleva adelante Tránsito como parte de las acciones preventivas destinadas a detectar el excesivo consumo de alcohol en los conductores.

El pasado fin de semana siete conductores fueron hallados en infracción por estos motivos.

En todos los casos se procedió a la retención de vehículos y licencias.

Los test de alcoholemia arrojaron graduaciones de 0,75; 0,54; 0,86; 1,25 y 0,52 gramos de alcohol en sangre en cinco de los infractores.

La situación fue puesta en conocimiento del Juzgado de Faltas del Municipio, que deberá actuar en consecuencia para con aquellos que transgredieron las normas en vigencia.