CASI OBSCENO: COMERCIOS QUE ESPECULAN

CASI OBSCENO: COMERCIOS QUE ESPECULAN

Por Santiago Zunino.
Los comerciantes especuladores de Chivilcoy, comenzaron a multiplicarse bajo el paraguas protector de la escala del dólar.
Algunos retienen mercadería; otros piden precios desmedidos y no faltan aquellos que procuran provecho o ganancia con cualquier ridículo argumento.
También están los que, tentados por la inestable situación, entregan la mercadería sin cobrarla -cuando hay confianza con el cliente- bajo advertencia: "Cuando tenga el nuevo precio me la pagás".
A todos ellos, hay que agregarles los que directamente decidieron cerrar sus puertas, sin mayores explicaciones o aduciendo "temporales vacaciones".
Afortunadamente estos son los menos y -en apariencia- los que no tienen ninguna necesidad de comercializar y pueden darse el gusto de soportar varios días sin vender.
En Chivilcoy hay de todo.
Nadie quiere perder.
Son los mismos que con incontrolable voracidad de ganar -casi al límite del saqueo- cuando el valor de la moneda extranjera desciende, no aplican la misma metodología en favor del consumidor.
Son patéticas aves rapiñeras del bolsillo ajeno, de vuelo corto y fugaz, pero con pico muy peligroso: siempre encuentran argumentos para salvarse, tratando de esquilmar al vecino, consecuente consumidor y motor esencial de la economía chivilcoyana.
Aquí nos conocemos todos; sabemos perfectamente quién es quién y hasta donde puede llegar el grado de obscenidad que los caracteriza.
Precisamente, en Economía, especular significa negociar con el objetivo de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios de moneda.
En Chivilcoy, para unos cuantos comerciantes, especular es robar y -sin miramientos- se les debería aplicar el Código Penal.
Es incomprensible, que productos cuya producción nada tienen que ver con el precio del dólar, sean retenidos o comercializados a valores irreales.
No debe entenderse esta observación como una sugerencia a la perdida; solo es desaprobar y rechazar enérgicamente una conducta comercial, que se considera inmoral o censurable.
El lucro descontrolado de algunos comerciantes locales, aprovechando la volada del dólar, esta poniendo en evidencia el descaro, la desfachatez, el impudor y el atrevimiento.
En estos difíciles momentos, nuestra ciudad y sus vecinos requieren de mayor solidaridad y muchas manos tendidas ante la necesidad.
En Chivilcoy no debe haber espacio para la desverguenza comercial.
Para ellos, solo rechazo y mucha memoria: que el escarmiento sea no volver a comprarles.
Hay que tocarles donde mas les duele: sus propios bolsillos.

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