ALLANAMIENTO CON CONSECUENCIAS INESPERADAS

ALLANAMIENTO CON CONSECUENCIAS INESPERADAS

Inesperadas consecuencias tuvo un allanamiento efectuado por Gendarmería Nacional, en las últimas horas, en una vivienda de Chivilcoy.
En cumplimiento de una orden judicial, por una causa que se investiga, los efectivos ingresaron a una propiedad de nuestra ciudad, en busca de una persona que allí tenía constituido su domicilio, cuya calle y número preservamos por cuestiones legales.
Para llevar adelante el procedimiento, previamente, requirieron la presencia de dos vecinos para que, en calidad de testigos del acto, los acompañen en el acceso al lugar.
En este sentido, es oportuno tener presente que nadie puede negarse a tal solicitud, por tratarse de una carga pública. Para dilucidar los hechos, el testigo deberá prestar su colaboración las veces que sean requeridas. De negarse, puede sufrir arresto, además de un eventual juicio por desobediencia.
Así las cosas, junto a los obligados observadores en cuestión, los gendarmes entraron a la casa y, en lugar de encontrar a la persona buscada, hallaron en su interior a una nueva y reciente moradora, que se había mudado hace poco tiempo.
Esa no iba a ser la única sorpresa del allanamiento.
Para los ocasionales y uniformados visitantes, lo peor estaba por venir.
La mujer que los recibió -que nada tenía que ver con la causa- estaba contagiada de Coronavirus y procesando la enfermedad, aún con síntomas.
Se trata de una trabajadora del Hospital Municipal de Chivilcoy.
El hecho disparó las alertas de las autoridades municipales, atento al riesgo que corre la salud de los gendarmes y de los testigos que participaron del allanamiento, por haber estado en contacto con una paciente con diagnóstico de COVID-19.
Puestos en conocimiento de la situación, rápidamente los secretarios de Seguridad, doctor Arturo Pertosa, y de Salud, doctor José Caprara, debieron iniciar las gestiones para determinar la identidad de todos los involucrados.
Fin de la historia: sugerencia de aislamiento preventivo para gendarmes y testigos, una derivación que nadie imaginó.
En lo peor de la pandemia, donde las medidas de prevención son cosas de todos los días, la Gendarmería no las tuvo en cuenta.
Se expusieron ellos pero, también, lo hicieron con la salud de los ocasionales testigos, que obligaron a participar del operativo, y a quienes de nada les habría servido cuidarse durante todo este tiempo.
Incomprensible.

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