EMOTIVA FIESTA DE LA COMUNIDAD BOLIVIANA

EMOTIVA FIESTA DE LA COMUNIDAD BOLIVIANA

Una emotiva y colorida celebración, que tuvo como escenario a las calles céntricas de nuestra ciudad (foto), realizó la comunidad boliviana, en celebración del Día de la Virgen de Urkupiña. 
Hombres y mujeres de distintas edades, ataviados con trajes típicos, danzaron y desfilaron, mientras su paso era acompañado por la presencia de numerosos vecinos.
Inicialmente, en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, tomaron parte de un oficio religioso y luego, en alegre caravana, emprendieron la marcha hacia las instalaciones del Club Racing donde, durante toda la jornada, continuaron los festejos.
Esta festividad está marcada en el calendario de todos los ciudadanos del país iberoamericano, quienes lo celebran allá por donde van, en este caso en Chivilcoy, donde reside una gran cantidad de inmigrantes del vecino país.
Éste es uno de los mayores encuentros religiosos, folclóricos y sociales de Bolivia.
En nuestra ciudad, los festejos contaron con la presencia del embajador de Bolivia, Santos Javier Tito Véliz, quien, a su llegada, fue recibido por el intendente municipal, en el despacho de la Municipalidad.
El embajador fue declarado Visitante Ilustre y recibió presentes representativos de Chivilcoy.
Santos Javier Tito Véliz agradeció el recibimiento y destacó la relación entre el gobierno municipal y la comunidad boliviana en la ciudad. Asimismo, expresó su deseo de seguir consolidando los lazos de amistad.
"Gracias por la colaboración en la organización de esta significativa celebración para nuestra comunidad, que tiene un número importante en Chivilcoy ", dijo el embajador entre otras emotivas palabras.
Devoción por la Virgen
El día de la Virgen de Urkupiña conmemora la aparición de la Virgen María Asunta, durante el siglo XVIII, a la hija de una humilde familia indígena boliviana. Fue en la comarca de Cota, al sudoeste del municipio de Quillacollo, en el departamento de Cochabamba.
La niña llevaba su rebaño de ovejas a pastar por las bajas colinas.
Un día se encontró a una hermosa Mamita y su hijo. Desde entonces, cada vez que iba a pastorear, la Mamita y el niño descendían a jugar con ella, en un caudal de agua que emanaba  entre las piedras.
Los padres, asombrados, no podían creer el relato. Pero luego, tras varias veces de acompañarla a la colina, la pequeña exclamó ¡Urkupiña! ¡Urkupiña! y ellos experimentaron la manifestación de la Virgen: era una imagen que se desvanecía en el cielo.
A partir de ese momento, se conoció como la Virgen de Urkupiña.
Muchos devotos han testimoniado sus milagros. La fiesta se conmemora en el mes de agosto de cada año.

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